Cómo solucionarlos para que te salgan perfectas

Si al preparar croquetas no te salen como quisieras, puede ser que estés cometiendo algunos errores que generan malos resultados. Estos son cinco de los más frecuentes y cómo solucionarlos.

1- Sin forma y desiguales

Las ideales deben ser todas del mismo tamaño y de la misma forma, pero no siempre es fácil. Para conseguirlo, podés usar una cuchara redonda de las que se usan para servir la bocha de helado. Así la cantidad será siempre la misma y no tendrás que calcularla a ojo.

También podés usar una manga pastelera con una boquilla e ir colocando sobre la bandeja con pan rallado las porciones. De esa manera también van a quedar iguales.

2- Croquetas muy blandas o muy duras

Cuando queda blanda puede ser por la falta de harina en la mezcla pero también por falta de tiempo de cocción. La mezcla va espesando a medida que se cocina ya que se va evaporando el agua de la masa. Por lo tanto, tenés que cocinarla hasta que se despegue fácilmente de los laterales de la sartén y cuando la des vuelta no se pegue al fondo.

3- Crudas por dentro

Si al morder una croqueta calentita adentro está fría o cruda, esto suele pasar cuando están congeladas. Para evitarlo, hay que descongelarlas antes a temperatura ambiente. Además, se recomienda no freírlas en aceite demasiado caliente para que no se arrebate el rebozado e impida que se cocinen por dentro.

4- Quemadas o que se abren

La temperatura del aceite a la hora de hacer croquetas es de suma importancia. Si no está a la temperatura adecuada, se pueden abrir al freír. Y si está muy fuerte se van a dorar muy rápido y no te dará tiempo a que se cocinen por dentro.

La temperatura ideal del aceite tiene que ser entre unos 175 a 180 grados. La manera de calcularlo a ojo, es echar una primera croqueta, si hace burbujitas a su alrededor significa que es la temperatura correcta, indica el portal de Dos Anclas.

5- Mal rebozadas

Un buen rebozado es imprescindible para el buen acabado de una croqueta. Para hacerlo correctamente hay que batir bien los huevos hasta que no veas trozos de clara, ya que se pegan después al pan rallado haciendo grumos que impiden que el rebozado quede liso y regular. Lo ideal es pasarlas por pan rallado o harina, huevo y, de nuevo, pan rallado.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

+ 10 = 14