Obtuvo un cero de puntuación en las tres batallas olímpicas terminando con un récord 0-54.
La atleta de breakdance Rachael Gunn, conocida como B-Girl Raygun, fue viral por sus movimientos de baile y el cero de puntuación que recibió en el cierre de los Juegos Olímpicos. Y en las últimas horas, ya de vacaciones, la australiana rompió el silencio.
“Sólo quiero empezar dando las gracias a todas las personas que me han apoyado. Realmente aprecio la positividad, y me alegro de haber sido capaz de traer un poco de alegría a sus vidas. Eso es lo que esperaba”, dijo la profesora de 36 años. E inmediatamente hizo énfasis en el hate que sufrió: “No me di cuenta de que eso también abriría la puerta a tanto odio que, francamente, ha sido bastante devastador”.
Raygun obtuvo un cero de puntuación en las tres batallas olímpicas terminando con un récord 0-54.
Por último, Rachael Gunn analizó su actuación en París: “Salí y me divertí. Me lo tomé muy en serio. Me dejé la piel preparándome para los Juegos Olímpicos y lo di todo. De verdad. Es un honor haber formado parte del equipo olímpico australiano y del debut olímpico del Breaking”.
El problema en torno a la participación de Rachael Gunn en París 2024 es que su nula destreza derivó en una denuncia online de que “montó su propio organismo de gobierno para el breakdance, manipulado el proceso de selección en su propio beneficio” y, además, negó “financiación crucial” a otros jóvenes atletas australianos.
Las suspicacias están impulsadas por la recogida de firmas en el popular sitio change.org. La misma tiene más de 45.000 firmas y su único objetivo es una disculpa por parte de la atleta y Anna Meares, jefa de la delegación.
También quedó en el ojo de la tormenta el entrenador de Rachael Gunn, Samuel Free, quien curiosamente es el esposo de la atleta, y lógicamente viajó a la capital francesa dentro de la delegación australiana. Free está sospechado de ser miembro del panel de selección.