Como cada año, el espíritu solidario volvió a recorrer las calles de Wilde y Villa Domínico de la mano de los Bomberos Voluntarios, que junto a Papá Noel repartieron golosinas y juguetes para cientos de chicos, en una jornada cargada de emoción, sonrisas y encuentro con los vecinos.

La actividad se desarrolló desde el histórico cuartel y distintos destacamentos, donde familias enteras aguardaron el paso de los móviles con Papá Noel saludando desde lo alto, renovando una tradición que ya es parte del ADN barrial.

La periodista y vecina de Wilde: Marta Farìas, como cada año, renovò su esperanza y su ayuda al cuartel de bomberos. Esta vez cumpliendo su sueño de colocarse el caracteristico casco bomberil.

En diálogo con este medio, el Jefe del Cuerpo, comandante general Pablo Contreras, destacó la importancia de esta jornada especial:
“Es un momento muy importante porque interactuamos con los chicos. Es algo tan lindo recorrer los barrios con Papá Noel, ver cómo nos esperan en cada esquina los padres y los chicos. Hasta la gente grande se emociona. Nosotros también. Es un día que esperamos durante todo el año”.

Contreras explicó que este año la recorrida contó con tres Papá Noel, saliendo desde el cuartel central de Brandsen y Centenario, el destacamento de Pino y Godoy Cruz y el de Wilde–Domínico, para cubrir toda la zona.
“La verdad que este año fue increíble. Muchos vecinos, comerciantes y empresas colaboraron. Con lo poco o con lo mucho, siempre están. Logramos juntar más de 10 mil bolsitas de caramelos para repartir a todos los chicos”, señaló.

Consultado sobre el deseo de los bomberos para estas fiestas, el jefe del cuerpo fue claro y sincero:
“Que a fin de año estemos todos juntos y que no falte ninguno. Salud para todo el cuartel y poder seguir creciendo. Eso es lo más importante”.

Finalmente, dejó un mensaje de prevención para las familias en estas fechas:
“Que se cuiden, que disfruten, que no tiren cohetes. Las fiestas son para compartir y disfrutar, no para correr riesgos”.

Una vez más, los Bomberos Voluntarios demostraron que su tarea va mucho más allá de las emergencias: también están presentes para sostener la ilusión, el abrazo comunitario y la magia que hace barrio.

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