Seguimos en La Voz del Vecino. Cuando eran las 9 de la mañana retomamos un caso que en su momento estremeció a toda la zona sur y del cual este medio tuvo la primicia: el doble homicidio que conmocionó a la comunidad, donde en un primer momento se habló incluso de sicarios.

El hecho ocurrió en la ciudad de Lanùs y tuvo como víctimas a Germán Zuccarelli, monaguillo de la iglesia San Cayetano, y a su tía Ana Russo, quienes fueron brutalmente asesinados. Un caso con ribetes de novela, marcado por idas y vueltas, versiones cruzadas y una fuerte exposición mediática.

En el día de ayer finalizó el juicio por este doble homicidio y hubo un veredicto. Para conocer los detalles, dialogamos con la doctora Débora Carreño y Pose, abogada defensora de uno de los imputados en la causa, integrante del Estudio Jurídico Privanza S. A.

Durante la entrevista, la letrada explicó que el proceso judicial se extendió por casi dos años, con dos personas imputadas, y que tras tres intensas jornadas de debate, el jurado popular resolvió un veredicto de no culpabilidad hacia su defendido Camilo Baliño y tambien al ex comisario Brulc, al considerar que no existían pruebas suficientes para sostener una condena.

Carreño y Pose detalló que la acusación se apoyó principalmente en llamadas telefónicas y vínculos previos entre los imputados, elementos que —según quedó demostrado en el juicio— respondían a relaciones habituales y de público conocimiento, sin conexión directa con el hecho criminal.
Además, señaló que durante la instrucción hubo líneas investigativas que no fueron profundizadas, como contactos previos de las víctimas, perfiles falsos en redes sociales y viajes que Germán Zuccarelli realizaba fuera de la provincia, cuestiones que, a su entender, debieron ser analizadas en profundidad.

La abogada también remarcó las falencias del proceso investigativo, la denegación de medidas de prueba en la etapa inicial y el riesgo concreto que enfrentaron los imputados, quienes permanecieron privados de su libertad durante casi dos años por un delito que podría haber significado penas superiores a los 16 años de prisión.

Finalmente, destacó el rol del juicio por jurados, solicitado por su defendido, como una herramienta fundamental para garantizar transparencia y justicia, y subrayó el compromiso asumido por los ciudadanos que integraron el tribunal popular.
A pesar del fallo absolutorio, el caso deja un saldo doloroso: Germán Zuccarelli y Ana Russo aún no tienen justicia, y persisten interrogantes sobre una investigación que, según se expuso en el juicio, quedó inconclusa en varios aspectos clave.
