Bustos y Buera, dos dirigentes radicales de Avellaneda, hablan sin filtro sobre la foto que desató la tormenta: “Una minoría útil al kirchnerismo quiere alquilar el Comité”

En Avellaneda todavía se escucha el eco del portazo. La aparición del dirigente Rodrigo Galetovich —línea Evolución— junto al intendente Jorge Ferraresi dentro del histórico Comité Radical de Avellaneda abrió una grieta que ninguno disimula. Para un amplio sector de la UCR, esa imagen fue la confirmación de algo que se venía masticando en silencio:
“Entregaron el partido.”

Para entender la interna, La Voz del Vecino dialogó con dos dirigentes locales: el Dr. Carlos Bustos y Milton Buera, vicepresidente de la mesa de Sarandí y dirigente radical barrial, respectivamente. Ambos coinciden en el diagnóstico: un grupo minoritario de “radicales K”, subordinados a Martín Lousteau, Fernando Pérez, Pablo Domenichini y Rodrigo Galetovich, se volvió funcional al kirchnerismo.


“Indignación total: invitaron al peronismo y excluyeron a los radicales”

Bustos fue el primero en describir su sensación al ver la foto:
“Una indignación enorme. No invitaron a los referentes radicales, pero sí a dirigentes peronistas. Nosotros nos enteramos por los medios. Ni un mensaje, ni una asamblea, ni un plenario. Nada.”

Buera coincide:
“Lo primero que pensé fue: excluyeron a todo el radicalismo de Avellaneda. No se invitó a presidentes de circuito, vicepresidentes, ni militantes históricos. Pero sí se les abrió la puerta a Ferraresi, símbolo kirchnerista que defendió a Cristina, que terminó presa, y que hizo obra pública con Julio De Vido. Además, todos sabemos lo que representó la presencia de los bolsos de José López en Avellaneda. ¿Ese es el radicalismo que quieren construir?”


Unidad partidaria… sólo en los papeles

Ambos dirigentes recuerdan que la conducción actual surgió de listas de unidad, no de un triunfo de Evolución.
“No ganaron nada. Fue una unidad para evitar internas, y esa unidad la rompieron ellos”, detalló Bustos.

Buera agrega que la línea de Evolución responde verticalmente a Lousteau, Cacace, Domenichini y Fernando Pérez:
“Acá la bajada de línea es clara: entregar el radicalismo local para armar una alianza con el peronismo en 2027. Lo venimos denunciando hace tiempo.”


“¿Cómo no iba a ir mal? Excluyeron a medio partido”

Los números electorales de 2023 sustentan el análisis de los entrevistados.
“La lista de Somos, manejada por Galetovich, sacó menos de 5 mil votos. ¿Por qué? Porque lo armaron solos, entre amigos. El resto del radicalismo no los acompañó”, explicó Bustos.

Buera fue más directo:
“Si armás una lista entre cuatro y te creés dueño del partido, después no te quejes cuando la gente no te vota.”


El golpe simbólico: Ferraresi en el Comité Radical

Para la militancia radical más tradicional, el Comité de Avellaneda es un lugar sagrado. Ahí caminaron Alfonsín, Balbín, Sagol.
Por eso, ver al intendente kirchnerista dentro del local partidario generó un quiebre emocional además de político.

Bustos lo sintetizó así:
“La gente común lo ve y dice: ‘Se vendieron’. Y es difícil explicar que ese sector es una minoría que actúa por conveniencia personal.”


Cacela en la mira: ¿opositor o parte del acuerdo?

Los dirigentes no esquivaron otro nombre sensible: Juan Manuel Casella.
“Fue parte del armado. No podés dar la imagen de entregar el partido. El afiliado común siente que se perdió la esencia”, señaló Bustos.


“El radicalismo quedó herido de muerte… pero no está muerto”

Buera explica que el daño a la marca radical es real, pero no irreversible:
“La gente pregunta a quién votar. Se sienten desorientados porque nuestros dirigentes vienen haciendo las cosas mal hace años. Esto es el resultado.”


Lousteau, una conducción errática y dañina

Bustos fue explícito al analizar la conducción nacional:
“La presidencia de Lousteau fue pésima para la UCR. Dañina. Confundió al electorado, fracturó al partido y dejó un radicalismo sin rumbo.”

Consultado sobre quién podría encarar el proceso de reconstrucción del centenario partido, lanzó dos nombres:
Maxi Abad y el ex gobernador Raúl Valdez.


De cara al 2027: radicalismo dividido y en crisis

Según los entrevistados, la ofensiva del sector Evolución apunta a un acuerdo con el kirchnerismo para 2027.
“Lo de Ferrarresi en el Comité fue un globo de ensayo. Quieren ver hasta dónde pueden estirar la soga”, afirmó Buera.

Pero ambos dirigentes aseguran que la resistencia interna es grande y que el radicalismo de Avellaneda “va a dar la pelea”.

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