En un clima atravesado por la preocupación económica pero también por señales de esperanza, el empresario pyme Federico Cuomo, dueño de Aguas Tronador e integrante de la Mesa Pyme, dialogó sobre el encuentro que mantuvieron representantes del sector con el Obispo Maxi Margni, el Vicario General Padre Osvaldo De Piero y el equipo de la Vicaría de Solidaridad Social.

La reunión se inscribió en las distintas mesas de diálogo que la diócesis viene impulsando desde principios de año, donde participan actores sociales, educativos, políticos y productivos. El objetivo: generar espacios reales de escucha y construir vínculos en medio de una crisis que golpea fuerte a las pequeñas y medianas empresas.

Cuomo explicó que las pymes viven una caída profunda en las ventas y que muchas están sosteniendo puestos de trabajo “más por humanidad que por números”. “Nosotros pasamos más tiempo con la gente de la fábrica que con nuestras propias familias. Cuando cae la actividad, el impacto humano es enorme”, aseguró.

El empresario señaló que el sector espera participar de manera activa en el debate sobre la reforma laboral, aún sin definiciones por parte del Gobierno. “Hay 600.000 pymes en la Argentina. Si cada una pudiera contratar a una sola persona, generaríamos 600.000 puestos de trabajo. Pero para eso necesitamos reglas claras y ser escuchados”, sostuvo.

Respecto del rol de la Iglesia, Cuomo destacó la importancia de estos encuentros: “El Obispo Maxi nos sienta en la misma mesa a empresarios, sindicatos, universidades y comerciantes. Muchos no nos conocíamos y la desconfianza desaparece cuando uno entiende la realidad del otro. Ese es el valor de este proceso”.

El diálogo también incluyó un análisis sobre los desafíos tecnológicos y estructurales que enfrentan las empresas más pequeñas, que muchas veces no logran aggiornarse y terminan cerrando. Según Cuomo, la diócesis está trabajando en propuestas para acompañar estos procesos y evitar que la crisis deje más pymes en el camino.

Además, el empresario llevó tranquilidad sobre la reciente alarma mediática vinculada al arsénico en el agua. Afirmó que, en la zona sur —Avellaneda, Lanús y alrededores—, no existe riesgo alguno en la red domiciliaria. “El agua de la canilla es perfectamente potable. Hay problemas en zonas rurales del interior, no acá”, aclaró.

Finalmente, destacó el espíritu del encuentro: “La crisis asusta, retrae, pero también obliga a sentarse y a pensar juntos. La Iglesia está generando esos espacios para que todos podamos escucharnos”.

El Obispo Margni cerró la jornada recordando la figura del Venerable Enrique Shaw, empresario argentino cuya vida unió producción, fe y compromiso social. Una referencia que, según afirmó, sigue marcando un camino posible incluso en tiempos difíciles.

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