Tras la muerte de Juan José Mussi, el histórico intendente de Berazategui, el periodista y escritor Alberto Moya –autor de la única biografía crítica sobre el jefe comunal– repasó su relación con el líder político, las presiones sufridas por el periodismo local y las zonas oscuras que, asegura, ningún sector del oficialismo quiso narrar.


Un llamado en plena madrugada y el peso de ser “el biógrafo crítico”

Alberto Moya estaba en su casa cuando comenzaron a llegar mensajes confirmando la muerte de Juan José Mussi.
Todo el periodismo local y nacional lo llamó en directo: necesitaban información fiable, datos biográficos y contexto histórico inmediato.

“Ahí mismo subí la nota con su biografía oficial y su currículum. Era lo que los medios nacionales iban a necesitar. Y así fue”, contó Moya.

El escritor recordó que, aunque siempre fue un periodista crítico del mussismo, la falta de un relato oficial sólido lo dejó –paradójicamente– como la fuente más completa sobre la vida del dirigente fallecido.

“Hoy me llaman de todos lados. No porque yo lo admirara, sino porque nunca produjeron ni un solo trabajo que mostrara su costado positivo. No hay libros, no hay suplementos especiales, no hay documentales. Nada”, señaló.


El libro que incomodó al poder local

En 2013, Moya publicó “Juan José Mussi: y después la gente va y lo vota”, un libro de 400 páginas que recopila, con nombre y apellido, cada polémica, denuncia y controversia del entonces intendente.

“Es una biografía crítica. Publiqué todo lo que se sabía y lo que investigué. Después seguí documentando cada hecho en el Centro Informativo de Berazategui CIB. El oficialismo nunca pudo generar un relato alternativo, ni siquiera uno mediocre”, aseguró.


La tensión: llorar al dirigente o contar lo que pasó

Moya reconoce el impacto emocional que generó la muerte de Mussi en Berazategui, pero separa las aguas:

“Si alguien quiere llorarlo, que llore. Yo no voy a hacerlo. Los periodistas estamos para contar lo que alguien no quiere que se sepa. Para decir lo lindo está la oficina de prensa.”

Recordó que incluso dirigentes políticamente enfrentados eligieron no opinar en medio de la conmoción:
“Muchos me dijeron: ‘Esperemos una semana’. Y lo entendí. Son días de emociones fuertes.”

Muestra_30_Años_Dr_Mussi

Presiones, agresiones y 30 años de hostigamiento al periodismo independiente

El relato más crudo de Moya pasa por el detrás de escena del poder político en Berazategui.

Durante la entrevista repasó episodios de persecuciones a periodistas independientes:

– “A algunos les mandaban inspectores para fundirlos.”
– “A otros los fajaban militantes enviados desde arriba.”
– “Hubo periodistas que tuvieron que irse de la ciudad tras recibir amenazas a su familia.”

Recordó el caso emblemático de Daniel Fernández, periodista que debió abandonar Berazategui tras agresiones físicas a su esposa y un boicot económico a su imprenta.

“La lista es larga. Esto fue una constante durante más de 30 años. Una lógica de poder que no nació ayer.”


Las zonas grises de la política: patotas, sobrefacturación y el intento de destitución

El autor repasó episodios históricos que marcaron la era Mussi:

  • Las jornadas de trabajo voluntario, que comenzaron como acción comunitaria y terminaron envueltas en denuncias de sobrefacturación de materiales.
  • La proveedora monopólica acusada de cobrar precios inflados.
  • El intento de destituir al intendente, y la operacion para sumar el voto para que no caiga, que cayó por un voto luego de una noche cargada de presiones políticas.
  • Y una sucesión de prácticas que, según Moya, forman parte del ADN político del conurbano desde los años 80.

“Mucho de lo que hoy la clase media detesta del peronismo tiene origen en aquellos métodos: patoterismo, aprietes, corrupción. Esto viene de décadas.”


Entre el mito y la realidad: el Mussi del inicio y el Mussi del final

Moya también analizó la primera etapa del dirigente, cuando se mostraba con pala y rastrillo junto a los vecinos:

“Eso fue real, pero fue al principio. Después quedó lejos. Las condiciones del país eran otras, la política también. Y la corrupción terminó arruinando muchas iniciativas que, en su origen, eran legítimas.”


Un cierre obligado: contar la historia completa

Al final de la charla, el periodista dejó claro su rol en este momento histórico:

“No voy a inventar virtudes, pero tampoco voy a negar lo que sí existió. Mi obligación es equilibrar el relato. La gente merece saber todo: lo bueno, lo malo y lo que nadie quiso contar.”


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

+ 73 = 79