El resultado electoral en Corrientes encendió el análisis político nacional. El radicalismo, con una amplia victoria que superó el 52% de los votos y sacó más de 30 puntos al segundo, consolidó su presencia en la provincia y abrió el debate sobre las consecuencias que podría tener este escenario en la provincia de Buenos Aires, donde se votará el próximo domingo.

En diálogo con este medio, el concejal (MC) y dirigente radical de Avellaneda, Fernando Landaburu, sostuvo que el caso correntino es una muestra de cómo, “cuando el radicalismo gobierna, gobierna bien, con eficiencia, transparencia y cercanía con los vecinos”.

Según Landaburu, el oficialismo nacional buscó condicionar la elección correntina a través de “presiones para forzar acuerdos y listas en favor de La Libertad Avanza”, pero la respuesta de los votantes fue contundente: “Los correntinos ratificaron su apoyo a un gobernador con gestión y no se dejaron llevar por maniobras políticas”.

La relación con el Gobierno nacional

El dirigente analizó además el vínculo del radicalismo con el gobierno de Javier Milei en el Congreso:

“Se nos critica desde los dos lados de la grieta. Cuando votamos leyes que creemos buenas para el país, el oficialismo se lo atribuye solo. Cuando rechazamos proyectos que afectan a la educación, la salud o el interés general, nos dicen que votamos con el kirchnerismo. Es una contradicción que no ayuda”.

Respecto al escándalo por los audios de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y las denuncias de corrupción en programas de discapacidad, Landaburu opinó que este tipo de casos puede tener impacto electoral:

“La gente suele reaccionar a la corrupción cuando la situación económica la golpea en el bolsillo. Hoy el consumo está frenado, la inflación no baja y no hay crecimiento. Eso hace que hechos de corrupción pesen más en la opinión pública”.

Buenos Aires y Avellaneda

Con la mirada puesta en las elecciones bonaerenses, Landaburu remarcó que los problemas de infraestructura e inundaciones en municipios como Avellaneda son un reflejo de la falta de planificación:

“Hace más de 20 años que el actual intendente fue secretario de Obras Públicas y sigue siendo intendente. No puede ser que barrios enteros sigan inundándose sin un plan de obra a mediano o largo plazo. Decir ‘ahí siempre se inundó’ no es una respuesta. La política tiene que resolverlo”.

El dirigente también cuestionó la gestión municipal por su estilo:

“Antes Avellaneda tenía consejos vecinales y una participación activa de instituciones y fomentistas. Hoy es una gestión autoritaria, poco participativa y poco transparente. Se necesita un cambio profundo”.

Radicalismo en crisis

Landaburu no evitó referirse a las internas de su propio partido:

“El radicalismo atraviesa una crisis de conducción nacional. La falta de consensos internos y el armado de listas en la provincia de Buenos Aires dejaron a muchos militantes afuera y generaron dispersión. Es la primera vez que me resulta difícil recomendar a quién votar, porque hay dirigentes que no nos representan a todos”.

De cara al futuro, el dirigente anticipó que impulsará alianzas con la Coalición Cívica, donde “hay coincidencias en principios republicanos, honestidad en la función pública y visión social de la política”.

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