Una pelea entre particulares destapó una red de estafas con autos usados, cheques sin fondos y autopartes robadas. La intervención de la sargento Alejandra Medina, del Comando de Patrullas Avellaneda, permitió desbaratar una agencia que operaba como fachada dentro del hipermercado.
Un negocio que parecía legal… hasta que saltaron las alarmas
“Vos sabés que Avellaneda tiene muchas industrias, muchos comercios y sobre todo en Avenida Mitre proliferan las agencias de autos usados y autos nuevos”, relata un vecino que sigue de cerca el movimiento comercial de la zona. Lo que parecía una postal típica del sur bonaerense se convirtió en el escenario de una investigación policial inesperada.

La historia comenzó con un llamado al 911 por una pelea en el interior de Carrefour Avellaneda, ubicado en Mitre 299. Un hombre denunciaba haber sido estafado por una agencia de autos que funcionaba dentro del hipermercado. Según su testimonio, había dejado su vehículo para la venta, pero tras concretarse la operación, recibió un cheque sin fondos. “Vendía autos, te agarraba el auto, lo vendía… y después te pagaba, pero con cheques voladores”, denunció.
El olfato policial que destapó el desarmadero
La intervención de la sargento Alejandra Medina, perteneciente al Comando de Patrullas Avellaneda —bajo la conducción del Comisario Inspector Marcelo Calarota y la jefatura departamental a cargo del Comisario Inspector Javier Bibiano— fue determinante. Al notar inconsistencias en el relato de los involucrados, Medina decidió cursar algunas patentes de los vehículos exhibidos en la agencia. Uno de ellos tenía pedido de secuestro activo por hurto.
La agencia, que también contaba con un taller en el fondo, escondía autopartes robadas y vehículos con irregularidades. “Era una fachada. Y vos decís, ¿dónde vas a comprar? En Carrefour, ¿viste? Un lugar lindo. Vas a comprar un autito usado…”, reflexionó otro vecino, sorprendido por la magnitud del engaño.
Un viejo conocido del delito
El detenido fue identificado como Marcelo Pellico, de 55 años, con antecedentes por estafas similares en otras agencias de la zona sur. “Era el mismo tipo que había salido en su momento con Gonzalito… había agarcado gente, pero en otra agencia”, se recordó. En esta ocasión, se secuestraron un Ford Fiesta rojo con pedido activo, varias autopartes y se detuvo al sospechoso por infracción a las leyes 13.082 y 25.761, relacionadas con el robo y comercialización de vehículos y partes.

¿Quién controla lo que pasa en los galpones?
La pregunta que queda flotando es cómo una operación de este tipo pudo funcionar dentro de un espacio comercial tan concurrido sin que nadie lo notara. “¿La gente de Carrefour no se va a dar cuenta que en estos galpones tienen desarmadero?”, se preguntan los vecinos. La respuesta, por ahora, parece estar en el azar y en el profesionalismo de una oficial que no dejó pasar lo que otros habrían ignorado.