El asesinato de Mirtha Venner, una jubilada de 72 años encontrada sin vida dentro de un galpón en el barrio La Unión de Carlos Spegazzini, partido de Ezeiza, sigue generando conmoción. La mujer, conocida por su trabajo solidario y vinculación con cooperativas locales, fue hallada el pasado martes en posición fetal, sin ropa en la parte inferior del cuerpo y con las manos atadas, según confirmaron familiares.

Su hija romina, rompió el silencio y hablo con “La Voz del vecino”.

En diálogo con el programa La Voz del Vecino, conducido por Marcelo Brunwald por www.impactosur.com.ar, Romina, hija de la víctima, relató los detalles del horror vivido por su familia: “Llamé a mi hermana, nadie sabía nada. Amigos vinieron con reflectores y fue ella quien la encontró dentro del galpón. No puedo entender lo que le hicieron a mi mamá”.

Romina detalló que el cuerpo presentaba golpes múltiples, cortes en el rostro y un pinchazo inexplicable, lo que descarta por completo la posibilidad de una muerte natural. “La Fiscalía primero habló de paro cardíaco, asfixia mecánica y politraumatismo. Pero cuando vimos el cuerpo en el velatorio —cajón abierto— notamos cosas que nadie nos había dicho. Tenía marcas, cortes debajo del ojo. Fue una agresión salvaje”.

Respecto a las versiones que circularon sobre posibles disputas por el terreno donde vivía Mirtha —en Bermúdez al 900—, Romina descartó de plano que tuviera enemigos o estuviera involucrada en conflictos: “Vivía allí hace más de diez años. Era solidaria, alegre, colaboraba con el barrio. No tenía problemas con nadie. Nada justifica lo que hicieron”.

La causa está caratulada como averiguación de causales de muerte y es investigada por la Unidad Fiscal de Instrucción N.º 1 de Ezeiza, que espera los resultados definitivos de la autopsia. Hasta el momento, no hay detenidos ni imputaciones formales.

Romina también denunció demoras judiciales en la entrega del cuerpo y en el inicio de la investigación. “Tuvimos que esperar una semana para enterrarla. Mientras tanto, no sabíamos nada. Ahora queremos que se investigue todo y que esto no quede en la nada.”

Familiares y vecinos preparan una marcha pacífica en pedido de justicia, mientras que desde La Voz del Vecino se impulsa una campaña de visibilización del caso. “Mi mamá no murió. A mi mamá la mataron”, concluyó Romina con la voz quebrada.

El crimen de Mirtha Venner es mucho más que una estadística judicial. Es una historia de abandono, de dolor y de búsqueda de verdad. La comunidad de Ezeiza espera respuestas. Y sobre todo, justicia.

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