Con una mezcla de emoción y orgullo, Mueblería El Arca de Noé celebra sus 51 años con una gran noticia: el 1º de julio inaugura un nuevo local en Washington 888, Villa Domínico. Fiel a sus raíces, la empresa familiar continúa creciendo, pero sin perder aquello que la hace especial.

Marcela Rossi, parte de la tercera generación al frente del negocio, habló con “La voz del Vecino” en Impacto Sur sobre este nuevo comienzo, lleno de recuerdos y trabajo sostenido: “Crecí entre aglomerados, láminas y ese olor a viruta que me transporta directo a mi infancia. Esos son los olores de mi vida”.

La historia de El Arca de Noé es, en realidad, la historia de una familia trabajadora: sus padres, “gente de laburo” como los define Marcela, y su hermano, siempre al pie del cañón en el taller, fueron quienes sentaron las bases del emprendimiento que hoy continúa más vivo que nunca.

Y aunque los tiempos cambian, la identidad se mantiene. “Antes los muebles eran gigantes, oscuros, difíciles de mover. Hoy la gente busca cosas más livianas, los pinta, los tunea. Los hacen parte de su estilo y su casa”, explica Marcela, reconociendo la evolución del gusto argentino en mobiliario.

Pero hay algo que no cambia: esa mirada atenta de mueblera de alma. “Voy a una casa y no puedo evitar fijarme si la repisa está en falsa escuadra o si la puerta de la cómoda cierra bien”, confiesa entre risas. “Es más fuerte que yo”.

A medio siglo de su fundación, El Arca de Noé sigue siendo “la mueblería del barrio”, pero con la fuerza de quien apuesta al presente. “Gracias a todos los que nos acompañaron en este camino. Esta inauguración también es de ustedes”, cerró Marcela.

La historia continúa. Pero con la calidez de siempre.

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