En tiempos donde la situación económica desafía a los emprendedores, algunos optan por resistir, mientras otros deciden avanzar con las herramientas que tienen a su disposición. Este es el caso de Paulo Termeniello, vecino de Villa Domínico y creador de Calista, una cervecería artesanal que ha logrado destacarse por su calidad y dedicación.
Del sueño a la realidad
Paulo comenzó con su primera producción en un pequeño lote de apenas 10 litros, probando recetas y perfeccionando sabores. Con el tiempo, y gracias a cursos de especialización, amplió su producción a 200 litros mensuales, con planes de alcanzar 800 litros antes de fin de año.
Pero más allá de la cantidad, Calista se distingue por su calidad. Utilizando agua mineral, evitando químicos innecesarios y respetando tiempos de macerado y fermentación, ha logrado sabores auténticos y únicos. Desde la IPA intensa y lupulada hasta la Golden suave y amable, cada variedad tiene su carácter propio.
Más que cerveza, una experiencia
Lo artesanal en Calista no se limita solo a la producción, sino también a la presentación. El packaging elegante y cuidado convierte sus productos en opciones ideales para regalos empresariales o reuniones familiares. Porque, como dice Paulo, la cerveza artesanal no es solo una bebida, sino un símbolo de encuentro, de compartir, de buenos momentos entre amigos y familia, similar al asado o el mate.
El desafío de emprender en Argentina
Paulo reconoce las dificultades de emprender en el país, donde iniciar un negocio puede sentirse como un desafío titánico. Sin embargo, su pasión por la cervecería lo llevó a apostar por su proyecto, confiando en que con esfuerzo y paciencia, los sueños pueden concretarse.
Hoy, Calista sigue creciendo, expandiéndose a nuevos mercados como la costa argentina, gracias a su calidad y compromiso con la autenticidad. Si querés conocer más sobre sus productos, podés seguirlos en Instagram (@cervezacalista) y descubrir el mundo de la cerveza artesanal bien hecha.
