NI LASSIE, NI RIN TIN TIN…LONDRANI LASSIE, NI RIN TIN TIN…LONDRA

Por Antonio Villamayor. Escritor

Una de las dificultades de las personas mayores es que dejamos de tener responsabilidades a cargo, empezamos a sentir que no aportamos y que nuestro capital de experiencia y conocimiento ya no es útil; esto puede producirnos procesos de ansiedad o angustia e impactos severos en nuestra salud mental. Ahora bien, un estudio de la Universidad de Florida  confirma que las personas mayores de 65 años que tuvieron mascotas durante más de cinco años mostraron un retardo en la decadencia cognitiva. Y otra investigación universitaria coincidió en que tener una mascota y sacar a pasear al perro contribuye a mantener la función cognitiva mientras se envejece.

En una entrevista radial un médico veterinario aseguraba que “actualmente las mascotas son un miembro más de la familia y se les otorga un lugar sentimental, real y simbólico, muy importante; los dueños priorizan la calidad y buscan lo mejor, entendiendo que el bienestar de sus mascotas contribuye al propio; lo ven como algo innegociable a la hora de elegir qué darles, cómo cuidarlos y qué opciones tomar por su perro o gato”

Londra, nuestra mascota, llegó a casa un año antes de comenzar la pandemia. Llegó de la mano de nuestra hija que, sin siquiera consultarnos si queríamos o no, depositó su melodía canina sorpresivamente. Porque estas vivencias son así, de sorpresa o nada. Y hay que acostumbrarse a esa realidad, más aun siendo mi esposa y yo personas ubicadas dentro del rango conocido como “tercera edad”. Vale aclarar que ya habíamos tenido una buena experiencia con una perra siberiana, Reina, que nos dejó una hermosa vivencia que luego lamentamos profundamente el día que partió al cielo de los animales. Y que creímos imposible de repetir. “Ya basta, no queremos más”, fue nuestro reclamo entre sollozos. Pero no fue así ya que Londra, Londrina para los íntimos, cubrió ese espacio de forma ineludible.

Londra pertenece a una raza intrincada por los cruces del tiempo y las aventuras. Mezcla de Pitbull y peregrina, blanca con parches marrones, ágil por demás, cazadora embrionaria, delgada de patas largas, sutilmente molesta, de similitudes con aquella imagen del sello RCA Víctor, expresa sus energías casi hablando, sí, aunque no lo crean: parece que sólo le falta hablar. No hay puerta que la detenga ni almohadones que interrumpa sus arranques; sus juguetes pueden ser muy variados, desde los coloridos broches plásticos del tendedero pasando por pelotitas de tenis y las de futbol en general, hasta el jardín cuidadosamente tratado.

En una investigación reciente, tanto los niños como los padres describieron a las mascotas como miembros de la familia y los pequeños por lo general se refieren a ellos como a sus mejores amigos. Londra no es Hulk, el gigante dogo de Burdeos de Lionel Messi, ni Apolo, el bulldog francés de la China Suárez, ni de lejos se parece a Rex, el pastor alemán de una serie policial de TV y ni pensar en Rin Tin Tin, pastor alemán de otra famosa serie de TV, ni Lassie, la collie de la TV; es Londra y bien podría formar parte del mundo escénico.

Oscar Wilde, conocido por su ingenio y crítica social, no tenía una mascota en el sentido tradicional. Sin embargo, se sabe que tenía una langosta como mascota. Además, Wilde hacía una famosa declaración sobre el impacto de los animales en la gente: “Si pasas tiempo con los animales, corres el riesgo de volverte una mejor persona”. Es lo que podemos decir que nos pasa a nosotros con Londra, porque la frase de Wilde es una reflexión sobre la influencia positiva que la interacción con los animales puede tener en el desarrollo moral y emocional de las personas. Y para mi familia es como una invitación a conectar con la naturaleza y a aprender de la inocencia y la lealtad de los animales.

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Los estudios demuestran que los animales pueden actuar como amortiguadores de estrés entre los niños, pueden relajar la angustia relacionada con distintas experiencias, reducir la percepción del dolor físico y emocional; además de que un perro podría promover estilos de vida más saludables y activos.

Otra investigación reveló que el 75% de los niños participantes de entre 10 y 14 años buscaban la compañía de sus mascotas cuando estaban tristes. Mientras que una encuesta en el Reino Unido señaló que los niños por lo general clasificaban a sus mascotas más alto que ciertas relaciones con los seres humanos y que veían a los perros y a los gatos como confidentes y proveedores de consuelo y soporte. Estas experiencias se acrecientan frente a situaciones traumáticas como la separación de sus padres o la pérdida de un familiar cercano, y en contextos terapéuticos.

Una encuesta de la Universidad de Queensland ha demostrado que en los niños con autismo, las intervenciones asistidas con animales han facilitado las mejoras en áreas críticas como el funcionamiento social, la concentración y atención, menor absorción en sí mismo y las conductas estereotipadas.

“Se necesitan programas que puedan asistir a los niños con TEA. De hecho investigadores en Australia están probando un programa innovador que enseña a los niños con TEA a cuidar mascotas e interactuar con ellas como puente al desarrollo de mejores capacidades de interacción con sus compañeros de clase”.

Cuando una mascota comienza a depender de ellos, esa ecuación cambia y se reordenan ciertos parámetros que les permiten, incluso, volver a socializar o hacerlo mejor.

Majo Villalba es mamá de dos hijos, uno de 9, Felipe, y otro de 7, Antonio, este último con autismo. El mayor tenía una fuerte fijación con tener un perro, pero además, todos los especialistas cercanos a la familia insistían en que era una gran idea sumarlo a la familia porque acompañan a los niños con diagnóstico del espectro autista a ganar interacción. Como casi todos los padres a Majo le daba cierto miedo la aventura porque sabía que ella era quien iba a tener que hacerse cargo. Sin embargo, cedió a agrandar el equipo en casa y hace dos años adoptaron a Rolito. “La realidad es que nos cambió la vida literalmente –explica–. Mi hijo mayor lo cuida un montón, duerme con él, le presenta desafío de juego a diario, es su mejor amigo y le cuenta todo. Mientras que para Antonio, a quien le encanta dormir, Rolito fue la solución perfecta, porque lo introduzco en la cama y nos ayuda muchísimo en despertarlo a la mañana para ir a su terapia. Juegan entre ellos, se levanta con una sonrisa y siempre termina en un abrazo”. La capacidad de un animal de acompañar socialmente sin juzgar ha sido una de las explicaciones para el efecto tranquilizador de su presencia. Se ha demostrado que la presencia de animales calma a los niños en este tipo de situaciones que provocan ansiedad. Al combinarse con la capacidad reportada de que aún las interacciones breves con un perro pueden reducir las percepciones físicas y emocionales de dolor en los niños que han debido atravesar por alguna cirugía, los resultados sugieren que el contacto con animales podría ser beneficioso para la salud y el bienestar de los niños de manera tangible y mensurable.

Hortensia se hizo experta en la alimentación de Mab y les enseñó a todos la importancia de balancear húmedos y secos, de encontrarle el alimento perfecto de acuerdo a la edad y hasta un día se apareció con la terminología científica de ciertos ingredientes.

Cuando una mascota comienza a depender de ellos, esa ecuación cambia y se reordenan ciertos parámetros que les permiten, incluso, volver a socializar o hacerlo mejor. De hecho, Hortensia armó un grupo de amigas “de la plaza” según ella misma las llama. Cada día se encuentran a las 11 con otros dueños de perros de diferentes edades (no todos son adultos mayores) y dejan jugar a sus mascotas en el canil una hora, mientras conversan, toman o comen algo y, más tarde, dar un par de vueltas todos juntos, animales y personas, al parque que los reúne.

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El amigo que cuida el corazón

◗ Debido al aumento asociado de la actividad física y el apoyo social, las investigaciones sugieren que los dueños de perros, especialmente aquellos en hogares individuales, tienen mejores resultados después de sufrir un evento cardiovascular importante, como un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.

◗ La Asociación Americana del Corazón ha dicho que la propiedad de mascotas, particularmente de perros, puede estar asociada con la disminución de riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV).

◗ Para los adultos mayores, el fuerte vínculo entre mascotas y dueños se ha asociado con niveles más bajos de soledad y aislamiento social.

Argentina:

El 86% de los hogares en el país tiene una mascota; de ese porcentaje casi 12 millones de familias tienen gatos en casa, mientras que casi 10 millones eligen perros. El 90% de los dueños de mascotas los considera miembros de la familia y el 17% los ubica en el pedestal de un hijo. Tener un perro se ha asociado con un 24% menos de riesgo de muerte a largo plazo, en comparación con los no propietarios.

Resto del mundo:

50% de los hogares mexicanos tiene un perro

45% de las casas de Brasil

55% de las de Chile

70% de los hogares estadounidenses vive una mascota.

En la Unión Europea viven 145 millones de mascotas. Son 66 millones de perros y 79 millones de gatos. Alemania es el país con más mascotas en los hogares europeos: son 27 millones. Chipre, el que menos tiene, apenas supera las 100 mil

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