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Osvaldo Rinaldi fue un exfutbolista argentino, nacido el 2 de agosto de 1959 en Buenos Aires. Se desempeñó como mediocampista defensivo y tuvo una carrera en varios clubes de la Primera División de Argentina.

Trayectoria

Rinaldi comenzó su carrera en San Lorenzo, donde debutó en 1978 y jugó hasta 1981. Luego pasó por Loma Negra, Racing Club, River Plate y Huracán. Con River Plate, formó parte del equipo que ganó el Campeonato de Primera División 1985-86 y viajó a Japón para disputar la Copa Intercontinental 1986.

Selección nacional

Fue parte de la selección juvenil argentina que ganó la Copa Mundial de Fútbol Juvenil de 1979 y el Torneo Preolímpico Sudamericano de 1980. Sin embargo, no participó en los Juegos Olímpicos de Moscú debido al boicot internacional.

Retiro y vida personal

Rinaldi se retiró prematuramente debido a una lesión en el tobillo. Es hermano del también exfutbolista Jorge Rinaldi, y sus hijos han seguido su camino en el fútbol, jugando en equipos de Estados Unidos e Italia.

POLIDEPORTIVO

La entrevista fue realizada en el debut del programa POLIDEPORTIVO, que se emite todos los martes de 12 a 13hs por www.impactosur.com.ar el progrma esta integrado por Bautista Esteves, Agustín Tommasi, Milena Espinola y Franco Alegre.

Bautista Esteves: Bueno, estamos ya en la oportunidad, vamos a tener al entrevistado: jugadorazo, ganador, el «5» de grandes equipos. Estuvo en Racing, en San Lorenzo, en River, en Huracán. Jugó años y años con Maradona. Una carrera increíble. Se tuvo que retirar prematuramente, pero hoy nos va a hablar de toda su trayectoria, sus opiniones y su experiencia.

Hoy estamos con Osvaldo Rinaldi. ¿Cómo estás, Osvaldo?

Osvaldo Rinaldi: Hola, ¿cómo estás? ¿Cómo andás?

Bautista: Todo bien, Osvaldo.

Osvaldo: Gracias a Dios, todo bien. Bueno, eso es importante.

Bautista: Sí, importante. Listo, gracias Osvaldo.

Primero queremos agradecerte por tu tiempo, por darnos la oportunidad de hablar con vos. Estamos acá con los chicos en el estudio. Mi nombre es Bautista Esteves, y quería arrancar yo con la primera pregunta. Quería tomarme el atrevimiento de preguntarte un poco sobre tu carrera, sobre tus inicios más que nada.

Sé que debutaste en San Lorenzo, pero ¿cómo fue ese debut? ¿Cómo fueron tus primeros pasos en el fútbol? ¿Qué recordás de esos años?

Osvaldo: Bueno, yo comencé en inferiores de San Lorenzo. No hice todas las inferiores, es decir, cuando tenía edad de sexta, una persona amiga me llevó al club. También se prendió mi hermano, que es más chico, y me dijo: «Dale, te acompaño». Y, aunque parezca mentira, entramos los dos. Yo entré en sexta división, que ya en esa época era difícil porque los equipos estaban armados.

Pero justo hubo un cambio de técnico en inferiores, y el tipo quedó contento conmigo. Me vio y, faltando una semana para empezar el campeonato, ya salí de titular. Después me enteré que «la chancha», mi hermano, también había entrado en novena división. Así arranca mi carrera, y más o menos con edad de cuarta, debuté en Primera.

Agustín Tomassi: Hola Osvaldo, ¿cómo andás? Soy Agustín. Primero, para decirles a los oyentes que si quieren mandarnos un mensajito al Instagram —a Polideportivo Radial— pueden hacerle preguntas a Osvaldo.

Ahora, la pregunta: tu familia es muy fanática de Racing, y vos tuviste un paso por la Academia. ¿Cómo fue esa experiencia para vos?

Osvaldo: Y… la verdad, primero, la felicidad de mi viejo, de mis tíos, de todos, que estaban encantados con que yo estuviera en Racing. Por suerte, tuve la posibilidad de hacer un gol, aunque fue en un día complicado: el famoso día de la bengala de Basile, un desastre. Empatamos 2 a 2 con Boca en la Bombonera.

Igual, para mí fue un buen paso. Jugué toda la primera rueda. Gracias a Dios, anduve muy bien. El equipo también. Después me lesioné y no estuve en la última etapa. Volví a Loma Negra porque pertenecía a ese club y querían que me operara con su gente. Así que tuve que volver.

Pero fue un paso positivo, tanto para mí como para mi familia. Ellos estaban recontentos de verme jugar en Racing.

Milena Espínola: Hola Osvaldo, te habla Milena. Yo quería saber cómo fue experimentar el descenso —en dos ocasiones casi consecutivas— con San Lorenzo y con Racing. ¿Cómo manejaste esa presión?

Osvaldo: Bueno, el de Racing casi no lo viví, porque ya me había ido una rueda antes. Me lesioné el día de Racing-Independiente, de local. Era la última fecha de la primera rueda, así que no estuve en lo que vino después.

El de San Lorenzo sí lo viví. Ese año, el técnico era Victorio Nicolás Coco. Había sacado a varios juveniles, y cuando empezaron los problemas, nos volvió a poner a los que ya teníamos dos o tres años en Primera.

Fue doloroso, porque podíamos haberlo evitado. Pero bueno, el fútbol es así. Por suerte, San Lorenzo volvió en menos de un año a donde tenía que estar.

Agustín: Osvaldo, jugaste en Racing, en San Lorenzo, pasaste por River, por Huracán… equipos grandes del fútbol argentino. ¿Qué valor tiene para vos haber jugado en esos clubes?

Osvaldo: Es importante. En esos equipos tenés que estar acostumbrado a la presión. No te dan una segunda oportunidad. A veces aparecés, jugás un rato, después vas al banco, después volvés a ser titular. Tenés que estar preparado.

Yo estuve en el River campeón 85-86. Era suplente del Tolo Gallego. Cuando se lesionaba, entraba yo. Jugué un montón de partidos entrando en los segundos tiempos.

Mirá el nivel: el mediocampo de los suplentes tenía a Gorosito de 8, al Beto Alonso de 10 y yo de 5. ¡Eso eran los suplentes! Los titulares eran Gallego, el Negro Enrique y Francescoli o Morresi.

Ese campeonato lo ganamos por 11 puntos cuando los partidos valían 2 puntos. Hoy hubieran sido más de 20. Un equipazo.

Bautista: Tremendo equipo. Y además tuviste la experiencia en la Selección…

Osvaldo: Sí. En juveniles salimos campeones del mundo en Japón y del Sudamericano. También fui campeón del Preolímpico en Colombia con una selección llena de jugadores del interior: muchos de Talleres, Instituto… Todas experiencias muy importantes.

Agustín: Y también muy difícil entrar en esos equipos, como River. Jugás mal cinco partidos y te abuchean…

Osvaldo: ¡Media hora mal! Y ya te abuchean. Pero bueno, tenés que estar preparado. La gente de River me trató muy bien. Les gusta el buen juego.

Yo estaba en River y mi hermano en Boca. Jugamos un Boca-River en contra. ¡Pocos casos así! Y todavía me recuerdan con cariño. Fue una época gloriosa.

Milena: Ya que hablás de tu hermano, ¿cómo era jugar contra él? ¿Te gustaba o preferías compartir equipo?

Osvaldo: Jugamos juntos en San Lorenzo, y después en contra. En un Racing-San Lorenzo ganaron ellos, 1 a 0. Después en River-Boca gané yo, 1 a 0. Lo expulsaron al «Gordo», que nunca supo perder… ¡Hasta el día de hoy se fastidia con el fútbol! (risas)

Agustín: Fuiste uno de los pocos dirigidos por Menotti y Bilardo al mismo tiempo. ¿Cómo fue eso?

Osvaldo: En esa época decía que necesitaba un psicólogo aparte (risas). Me divertí con los dos.

Con Bilardo estaba en San Lorenzo en el 79. Con Menotti en los juveniles. Cuando iba a una práctica con uno, me cargaban. Bilardo me decía “¡Menotti, vení para acá!”. Y Menotti me decía “¡Rinaldi, dejá los alfileres afuera!”.

Pero aprendí mucho de ambos. Me identifiqué más con Menotti, pero Carlos Bilardo fue un gran maestro también.

Milena: ¿Con qué estilo te sentías más cómodo?

Osvaldo: Eso del estilo de juego… a veces es un verso. A mí Bilardo nunca me dijo que le pegue para arriba. Quería que marque, que juegue. Y con Menotti entrenábamos durísimo.

Esos mitos de que uno no entrenaba y el otro no quería al buen jugador… no son ciertos. Los dos eran técnicos campeones del mundo. Cada uno con su enfoque, pero ambos lograron muchísimo.

Bautista: Y hablando de Maradona… ¿cómo era jugar con Diego?

Osvaldo: La pregunta más difícil. Era como vivir en Disney. Te malacostumbrás.

Tenía un dominio de la pelota tan natural, que lo anormal te parecía normal.

Me acuerdo de una vez en José C. Paz, un japonés y un alemán lo miraban patear tiros libres sin arquero. Pensaban que erraba… ¡pero apuntaba a las plantas detrás del arco!

O una mandarina: se le caía al piso, la levantaba con el pie, hacía jueguitos y te la dejaba en la mesa. Era un extraterrestre. Nunca vi nada igual.

Milena: ¿Tenés alguna anécdota puntual con él?

Osvaldo: Sí, muchas. Pero una inolvidable: contra el Cosmos de Nueva York, en Tucumán. Estábamos preparándonos para el Sudamericano del 79. Le tiraron un pase complicado, con Beckenbauer y Chinaglia encima, y Diego —en el aire— la dominó con zurda, metió un taco… y me la dio al pecho a 20 metros. Jugué como si nada, pero no podía creer lo que había hecho.

Él era otra cosa.

Agustín: Impresionante. Y ya cerrando: jugaste como mediocampista central, el «5». Hoy en día, ¿con qué jugador actual te identificás?

Osvaldo: Y ahora han cambiado los sistemas. Para mí, el chico del Chelsea, Enzo Fernández, es un jugador que tiene una gran categoría. Y no solamente es buen jugador, sino que juega a la pelota, aparte de saber cuándo cortar, «matar» o tratar de poner pierna fuerte. Hoy Argentina… el McAllister es otro mediocampista que es increíble: juega, llega, roba pelotas. Hoy el mediocampo… Antes vos eras el volante más tapón y tratabas de reemplazar todo lo que hacían el 8 y el 10. Vos lo hacías defensivamente. Ahora es un poco más el compromiso de los mediocampistas en general. Y realmente hoy hay chicos que están pasando por momentos extraordinarios.

Osvaldo: A mí, los distintos jugadores que ingresan en la Selección me encantan. Me encanta la actitud que ponen. La verdad, es una manera de jugar que es la que nos gusta a todos nosotros. Es la manera de jugar que también creo que Scaloni aprendió mucho con César como director de selecciones. Y es lo que César nos inculcó. Aparte, también están las cosas aprendidas con el trabajo de Carlos Bilardo en la Selección. Pero yo creo que hoy los mediocampos son de mucho más traslado. Bueno, el que se asemejaba un poquitito más a nuestra forma de jugar puede ser Paredes, que es otro gran jugador. Me parece un jugador extraordinario. En cualquier lugar que disputó, a pesar de que al principio no lo ponían de titular, siempre terminó ganando los puestos. Creo que esos son los más parecidos al estilo nuestro, de la época del Juvenil o de mi época.

Milena: ¿Tenés algún jugador del fútbol que te gustaba en tu juventud? ¿Algún referente en tu posición?

Osvaldo: A ver… En mi posición, no sé. Falcao jugaba de 5, pero se iban todos al ataque con Falcao. Tenía un manejo de pelota… era un jugador extraordinario. Lamentablemente pierde en el Mundial 82, pierden con Italia y después Italia juega la final. Era un jugador extraordinario. Clodoaldo, del Brasil del 70… yo era chico y lo veía y me volvía loco, me volvía loco cómo jugaba. Siempre fue un estilo que me gustó muchísimo. Desde cuando yo era chico miraba mucho fútbol o trataba de estar cerca de algún estilo. Pero muchas veces, uno después crea su propio estilo. Es decir, hasta el mismo Pelé decía: «Antes de ser Pelé, es preferible ser uno mismo». Y bueno, el fútbol te va dando eso con el crecimiento, el trabajo, y mirando a grandes jugadores.

Yo era sparring de la Selección del 78. Éramos tres o cuatro muchachos nada más, no habían muchos. Utilizaban tres o cuatro. Y yo aprendí un montón del Tolo Gallego: cómo se ubicaba, cómo hacía los relevos… El Tolo fue uno de los jugadores que mejor hacía los relevos. Y eso, a veces, no se ve desde la tribuna. Pero eso hace que muchos otros jugadores estén tranquilos para pasar al ataque, para trasladar la pelota o generar una posibilidad de gol. Y bueno, el Tolo lo manejaba bárbaro.

Bautista: Osvaldo, por suerte, por los oyentes que tenemos y por la gente que tenemos cerca, tenemos la posibilidad de darte preguntas de quienes nos mandan mensajes. Nos pregunta acá Yanina de Ucrano: ¿qué se sintió llevar la camiseta de la Selección Argentina? ¿Y encontrás diferencias entre los jugadores de antes y los de ahora?

Osvaldo: A ver… primero, la camiseta de la Selección es todo. Es emoción, el corazón se te pone… qué sé yo. La camiseta de la Selección lo están demostrando estos muchachos. Cada uno que participó en una Selección… es todo. Y la verdad, tener la oportunidad de vestirla… Me lo preguntás ahora y hasta me emociona.

Nosotros, con los chicos del Juvenil, nos juntamos una vez por año a hacer un asado y jugamos un partido de fútbol en un country, en Boca Ratón, que siempre nos tratan bárbaro. Hacemos un partido, pero nosotros cada vez estamos más viejos; ellos son más jóvenes y nosotros somos más viejos. Pero para nosotros sigue siendo un placer jugar, sigue siendo un placer. Y lo intentamos. Pero imaginate: si ya es un placer agarrar la pelota, ¡imaginate si encima te dicen que representás a tu país! Realmente, para mí fue una emoción muy grande. Tuve suerte de salir campeón preolímpico invicto con un equipo que dirigió Federico Sachi.

Después no fuimos a las Olimpiadas porque eran en Rusia y el gobierno militar de ese momento, acá, hizo ese complot. La verdad, fue una estupidez total. Y nos perdimos esa Olimpiada. Pero te digo la verdad: la camiseta de la Selección la disfruté siempre. Y ni hablar, sabiendo lo que se mueve ahí adentro y que es puro corazón.

Bautista: Claro, Osvaldo. Transmitís muchísima emoción con tu relato y con todo lo que tiene que ver con la Selección.

Estamos llegando a las preguntas finales. Te quería preguntar por un tema específico: tu retiro. La lesión, eso que te marcó para retirarte antes. Sé que todo esto también tuvo que ver con los representantes. ¿Qué te acordás de eso? ¿Qué nos podés contar?

Osvaldo: Bueno, sabés lo que pasa… En esa época recién empezaban los representantes. Yo tenía amistad con Osvaldo Rivero, el Negro Rivero. Cuando me lesiono en Racing, me recupero. Me recupero muy bien, gracias a todo el apoyo que me dieron en Loma Negra. Ya el equipo se había desarmado, pero me mantuvieron a mí en las mismas condiciones que estaba. Y realmente se portaron de manera extraordinaria conmigo. La gente de Olavarría y de Loma Negra fue siempre de primera. Y el club también.

Pero en ese momento, cada vez que yo iba a arreglar con algún club, aparecían otros representantes que no me representaban a mí y decían que yo estaba lesionado. Me hacían todos los estudios, todos los laboratorios, lo que sea. Y después comprobaban que no, que estaba bárbaro. Pero ya estaba. Era bárbaro jugar en equipos grandes, pero cuando llegué a los 29, 30 años, y cada vez que iba a un club que me querían llevar tenía que dar una explicación de todo eso… me cansé.

Me cansé y empecé a dedicarme a otras cosas: a los seguros de vida. Y bueno, después de tantos años todavía continúo en esa actividad. El fútbol quedó para los picados, para jugar con gente amiga. Soy socio de Jeva desde que nací, y juego los campeonatos de Jeva. Y, desde ya, juego actualmente, con 65 años y dos caderas operadas. Todavía me divierto pegándole a la pelota. Es una manera de disfrutar el fútbol. Es una pasión. Inclusive, muchas veces, el fútbol es una terapia para muchos. Tanto verlo como jugarlo. Y jugarlo te hace bien, aunque muchas veces veas pasar la pelota de largo.

Bautista: Osvaldo, la verdad nos encantaría hablar con vos más tiempo. Nos gustaría hacer horas y horas de entrevista, porque la verdad es que tenés muchas anécdotas para contar. Todo lo que viviste como futbolista y todo lo que recordás son importantísimos. Pero bueno, ya llegamos al final de nuestra entrevista. Te agradecemos por tu tiempo y por darnos la posibilidad de entrevistarte para este programa debut.

Osvaldo: Bueno, desde ya gracias a ustedes por acordarse. Gracias por buscar un poco en la historia. Siempre es bueno recordar la historia. Les mando un abrazo grandote, chicos. La verdad, lo hacen muy bien.

Bautista: Gracias, Osvaldo. Un abrazo enorme.

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