El drama de las inundaciones en Avellaneda: una historia de desidia y sufrimiento vecinalEl drama de las inundaciones en Avellaneda: una historia de desidia y sufrimiento vecinal

La tormenta de hoy volvió a exponer una realidad que los vecinos de Avellaneda conocen demasiado bien: calles convertidas en ríos, autos varados y hogares anegados. En Wilde, en la intersección de Oroño y Lomas de Zamora, vecinos se unieron para empujar un auto completamente inundado en su interior, una imagen que resume el padecimiento de quienes viven en zonas afectadas por la falta de infraestructura adecuada.

Las avenidas Lacarra, Crisólogo Larralde y Güemes Alto, a solo cuatro cuadras de la municipalidad de Avellaneda, llevan más de 20 años sufriendo inundaciones recurrentes. A pesar de contar con un intendente ingeniero, las obras necesarias para mitigar el problema nunca se realizaron, dejando a los vecinos en una situación de vulnerabilidad cada vez que llueve intensamente.

Las avenidas Rivadavia y Galicia también fueron arrasadas por el agua, transformándose en verdaderos ríos urbanos. Si bien es cierto que la tormenta fue intensa, el problema no es nuevo: las obras que deberían haberse hecho hace décadas nunca se concretaron, y cada inundación es un recordatorio de la falta de planificación y acción.

En Sarandí, la calle Suipacha al 1400 ha vivido esta realidad toda la vida. Los vecinos ya no esperan soluciones, solo intentan sobrellevar el desastre cada vez que el agua sube. La tormenta de hoy no solo dejó calles anegadas, sino que también reavivó el enojo y la frustración de quienes sienten que han sido abandonados por la gestión municipal.

El intendente Jorge Ferraresi, en el centro de las críticas, enfrenta el reclamo de una comunidad que exige respuestas. La falta de obras de infraestructura pluvial no solo genera pérdidas materiales, sino que también afecta la calidad de vida de miles de personas que, año tras año, ven sus hogares y calles bajo el agua.

Dock Sud, Isla Maciel y Villa Inflamable: barrios olvidados por la infraestructura básica

El problema de las inundaciones en Avellaneda se agrava aún más en barrios como Dock Sud, Isla Maciel, La Pinzón y Villa Inflamable, donde la falta de cloacas y agua potable convierte cada tormenta en una crisis sanitaria. En muchos de estos sectores, no existen sumideros adecuados, lo que provoca que el agua quede estancada en los domicilios por semanas, ingresando a las viviendas y generando enfermedades2.

Villa Inflamable, en particular, es un caso crítico: sus habitantes conviven con la contaminación del Riachuelo y el Polo Petroquímico de Dock Sud, lo que agrava aún más los riesgos para la salud. La falta de infraestructura básica y la ausencia de respuestas por parte de las autoridades han convertido a estos barrios en zonas de emergencia permanente.

La pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo los vecinos de Avellaneda deberán soportar esta situación sin soluciones concretas?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

59 + = 69