El caso de Natalia Pérez Zeolla, ocurrido en Brandsen, ha generado indignación y dudas sobre el accionar policial y judicial. El 31 de enero, Natalia sufrió un accidente en su moto tras ser impactada por una camioneta. Debido a que su seguro estaba vencido, su vehículo fue secuestrado por las autoridades.
Después de pagar la multa correspondiente y esperar las pericias del accidente, Natalia recibió la autorización de la fiscalía para recuperar su moto. Sin embargo, al presentarse en la comisaría, comenzó un inesperado calvario. Entre excusas y largas esperas, le informaron el 5 de marzo que su moto había sido enviada al depósito judicial.
El giro inesperado:
Cuando Natalia acudió al depósito, el encargado le comunicó que su moto nunca ingresó allí ni figuraba en el sistema. Al regresar a la comisaría, las autoridades admitieron que estaban buscando el vehículo desde hacía días. Natalia cuestionó por qué nunca le notificaron esta situación, especialmente después de haberle entregado el papel para retirarla.
“Es una vergüenza. Nadie me da respuestas, nadie se hace cargo de nada. Hasta los mismos policías me dijeron que ‘pasó algo raro’.”* expresó Natalia, visiblemente afectada por el trato recibido.
Denuncias y nuevas revelaciones:
La fiscalía local decidió apartarse del caso debido a la posible implicación de la policía y remitió la causa a una fiscalía en La Plata. Natalia también presentó una denuncia en Asuntos Internos y alertó a la prensa con la esperanza de generar ruido sobre este hecho.
Para agregar mayor gravedad al caso, otro joven contactó a Natalia tras ver sus publicaciones y relató que sufrió una situación similar el 8 de febrero, fortaleciendo sospechas sobre irregularidades sistemáticas.
*”No creo que pueda recuperar mi moto nunca más, pero al menos quiero que esto se haga público para evitar que otros pasen por lo mismo.”* agregó Natalia con indignación.