Por decisión de Ferraresi, solo aquellos vecinos que tengan la Tasa de Servicios Generales al día podrán usar los polideportivos, piletas y teatros municipales. La medida deja afuera a miles de familias trabajadoras que hoy luchan por llegar a fin de mes.
El peronismo, que alguna vez se erigió como el estandarte de la justicia social, la inclusión y la solidaridad con los más necesitados, parece haber perdido por completo su esencia. En Avellaneda, bastión histórico del movimiento, la gestión local ignora a quienes se encuentran en situación de calle, dejando su asistencia en manos de grupos solidarios que, sin apoyo estatal, hacen lo que pueden para brindar un plato de comida.
Mientras el pueblo sufre la inflación, el desempleo y la pobreza creciente, la voracidad fiscal del municipio no tiene límites. Se castiga a los más humildes con medidas como la exclusión de los espacios públicos si no pueden pagar sus impuestos. Lejos de asistir y contener, los funcionarios millonarios del gobierno local exhiben una insensibilidad alarmante, desconectados de la realidad que atraviesan los vecinos.
Los valores de la justicia social han quedado en el olvido. La decisión de Jorge Ferraresi de prohibir el acceso a los polideportivos, piletas y teatros municipales a quienes no tengan al día la Tasa de Servicios Generales es una muestra clara de esta discriminación. En lugar de facilitar espacios de esparcimiento y recreación para los sectores más golpeados, la gestión municipal impone barreras económicas que profundizan aún más la desigualdad en Avellaneda.