El primero de enero, el conurbano bonaerense, especialmente la zona sur, fue azotado por un fuerte temporal que incluyó ráfagas de viento, lluvia intensa y granizo. Este fenómeno meteorológico provocó la caída de árboles, rompió carteles y marquesinas, y dejó a casi 100 mil usuarios sin suministro eléctrico. Hasta esta mañana, muchos vecinos de los barrios de Avellaneda, Quilmes y Lanús seguían sin energía.

Entre otros destrozos, un árbol cayó en el acceso sudeste a la altura de la bajada de Wilde en sentido al triángulo de Bernal, lo que interrumpió el acceso. Hoy ya estaba accesible un carril. Además, un árbol gigante cayó sobre una vivienda en el barrio La Iapi, en Bernal, en la calle 175 bis, afortunadamente sin lamentar víctimas.
A última hora de ayer, muchos semáforos seguían sin funcionar. Este temporal, cada vez más frecuente en el conurbano, demuestra el aumento de tormentas cortas pero muy potentes y dañinas. En Monte Chingolo, Lanús, se reportaron voladuras de chapas de techos y la caída de varios postes de luz.