Bárbara Lanata despidió a su papá con una foto inédita y un poema que él le escribió.
Bárbara, la hija mayor de Jorge Lanata, compartió en las redes sociales un emotivo posteo desde su cuenta de Instagram para despedir a su papá, quien falleció el 30 de diciembre a los 64 años, luego de estar casi siete meses internado en el Hospital Italiano.
Bárbara es hija de Jorge y Andrea Rodríguez, y luego del último adiós al periodista en la Casa de la Cultura porteña y en el cementerio privado Campanario Jardín de Paz de Florencio Varela, compartió unas sentidas palabras en las redes sociales. “La vida con mi papá fue siempre una montaña rusa, vertiginosa, por momentos algo agotadora; una película llena de personajes y anécdotas increíbles hasta el último momento”, indicó Bárbara Lanata junto a una foto inédita de los dos cuando era niña.
“No nos daba descanso ni tiempo de aburrirnos, siempre estaba involucrándonos en alguna de sus locuras o estábamos ayudándolo con algún quilombo”, continuó la joven movilizada. “Gracias pa por no ser normal y darme una vida divertida”, finalizó su posteo.
Además, Bárbara dio a conocer un poema que su padre le dedicó y ella atesoraba, con fecha del 11/1/2020 y que el periodista escribió desde Nueva York. “Te escribí algo, ojalá te guste”, le decía Jorge a su hija en un texto que comenzaba “¿Dónde está Bárbara?”. En un pasaje destacado del poema, Jorge Lanata escribía: “Así se pone Bárbara cuando la abrazo: hay una electricidad que nos une y nos separa. Tenemos miedo de que tanto amor explote”. Bárbara destacó especialmente los momentos de felicidad más importantes de su vida “en una pizzería bajo el puente Sarandí” (Los Tres Ases pizzería).
La pizzería Los Tres Ases en Sarandí, Avellaneda, era más que un simple lugar para comer pizza; era un sitio de encuentros y recuerdos invaluables. Jorge Lanata, quien vivió en Sarandí, inculcó en su hija el amor por las cosas simples de la vida, como compartir una pizza en Los Tres Ases. No era el gran periodista, era su papá, y este lugar simboliza ese vínculo especial que ni la muerte puede romper. La nostalgia por el barrio y la memoria de esos momentos simples y felices, como comer una pizza en familia, es lo que mantiene viva la esencia de Lanata en el corazón de Bárbara.
