La entidad ordenó vacaciones forzadas a sus trabajadores, sin tareas asignadas. Hace semanas el Gobierno había anunciado que la institución dejaría de funcionar.

Desde hoy, la Casa de Moneda interrumpió sus actividades de impresión de billetes tras una decisión del Banco Central de cancelar los contratos para producir papeles de 1.000 y 2.000 pesos, debido a la desvalorización de esas denominaciones frente a la inflación. Según fuentes oficiales, estos billetes ya no serán necesarios para cubrir las necesidades de efectivo en el país, y se proyecta continuar con la producción de billetes de 10.000 y 20.000 pesos, de mayor valor.

La interrupción del contrato representa un paso hacia la inactividad total de la Casa de Moneda, cuyo cierre había sido anunciado por el Gobierno en semanas anteriores. La medida responde, en parte, a los retrasos en la producción estatal y a la depreciación constante de las denominaciones menores, que fueron perdiendo utilidad en las transacciones diarias.

A través de un comunicado interno, la Casa de Moneda informó a su personal sobre la finalización de la producción de billetes y ordenó vacaciones forzadas para los trabajadores sin tareas asignadas. “Se procederá a detener a partir de hoy a las 22.00 hs. todos los procesos productivos referentes a la fabricación de billetes”, señaló el mensaje institucional, agregando que los empleados deben utilizar “los períodos vacacionales que tengan disponibles”.

La decisión de detener la producción de estas denominaciones impacta de lleno en la operación de la entidad, que es un actor central en la economía argentina por su papel en la emisión de papel moneda. Con el foco del Banco Central en billetes de mayor valor, la demanda de impresiones más pequeñas quedó relegada, acentuando la problemática en la Casa de Moneda.

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