El Ejecutivo apuesta por reactivar proyectos de infraestructura en el Gran Buenos Aires para fortalecer su relación con los intendentes y abrir un canal de diálogo político.

Luego de haber logrado acuerdos con 21 de los 24 gobernadores del país para transferir y reactivar obras públicas, el Gobierno nacional comenzó a establecer convenios similares con los municipios del Gran Buenos Aires (GBA) y otras importantes áreas urbanas. Estos acuerdos buscan no solo reactivar proyectos paralizados, sino también abrir un canal de diálogo político con los jefes comunales de la región, un territorio clave para cualquier administración.

Aunque en la Casa Rosada y entre los intendentes del Conurbano se argumenta que estas conversaciones giran principalmente en torno a la gestión, varios líderes comunales admiten que este es el primer paso para consolidar un diálogo político que podría tener implicancias de largo alcance.

El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, uno de los tres mandatarios provinciales que no firmaron estos acuerdos, no ha impedido que varios intendentes peronistas de su provincia busquen acercarse al Ejecutivo nacional. Entre los más destacados se encuentran Federico Achával, intendente de Pilar, y Andrés Watson, de Florencio Varela, quienes han comenzado a explorar oportunidades de colaboración con la Casa Rosada.

Uno de los primeros en concretar un acuerdo fue Mariano Cascallares, intendente de Almirante Brown, quien firmó un convenio con Lisandro Catalán, vicejefe de Gabinete de Interior, y Luis Giovine, secretario de Obras Públicas del Ministerio de Economía, para reactivar y transferir obras en ejecución que se encontraban suspendidas.

Con estos movimientos, los intendentes buscan llenar el vacío dejado por las gestiones que no avanzaron con los ministros provinciales de Obras Públicas y Gobierno, Gabriel Katopodis y Carlos Bianco. Ante la falta de progreso, los jefes comunales han decidido actuar por su cuenta para asegurar la continuidad de las obras en sus distritos.

El intendente de Tigre, Julio Zamora, también ha logrado cerrar un acuerdo con la Nación para la cesión de terrenos donde se construye un hospital de alta complejidad para adultos, tras recibir apoyo de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE). Esta movida marca un giro en la relación de Zamora con el Gobierno nacional, después de haber enfrentado tensiones con el exministro de Economía y actual candidato presidencial, Sergio Massa.

La intención del Gobierno es clara: evitar una ola de juicios de las empresas constructoras que han visto suspendidos sus contratos y garantizar la cadena de pagos, al mismo tiempo que busca consolidar el diálogo con los “minigobernadores”, como solía llamar Néstor Kirchner a los intendentes del GBA.

No obstante, algunos intendentes peronistas desconfían de la capacidad del Gobierno para cumplir con sus promesas, recordando que las obras reactivadas en las provincias han avanzado lentamente desde la firma de los acuerdos con los gobernadores. A pesar de esto, varios líderes locales continúan negociando, conscientes de la importancia de asegurar recursos y apoyos en un contexto de creciente incertidumbre económica y política.

En este marco, la Rosada también está estrechando lazos con intendentes de municipios aliados, como Diego Valenzuela de Tres de Febrero y Guillermo Montenegro de Mar del Plata, quienes ya han iniciado conversaciones para firmar acuerdos marco de obras.

Mientras tanto, los intendentes del GBA se mantienen atentos a la evolución de las negociaciones, con la esperanza de que se concreten pronto nuevos fondos para sus municipios. Aunque los recursos frescos aún no han llegado, el Gobierno sigue trabajando para fortalecer sus lazos con estos actores clave, con miras a mantener la estabilidad en uno de los territorios más políticamente sensibles del país.

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