Qué la diferencia de la tradicional y motivos para prepararla en tu casa

La harina de almendras es muy valorada en repostería por su sabor y textura, para enriquecer las masas sustituyendo parte de la harina o para usar sola. También se puede añadir a yogures, cereales y batidos e incluso para espesar y enriquecer salsas, currys y sopas. Además, tiene diferentes aplicaciones en dietas bajas en carbohidratos, como la dieta keto. Es libre de gluten y se usa en preparaciones para celíacos.

Respecto a las almendras, son ricas en fibra y grasas saludables y de bajo contenido en hidratos de carbono. El valor nutricional de esta harina dependerá del tipo de almendras con que se elabore. Las variedades más normales son las Comuna y Marcona.

La calidad de las harinas es superior cuando las hacés en casa, ya que podés molerlas poco antes de su consumo evitando la oxidación de las grasas. Esto es así en los cereales, los frutos secos o semillas. Podés consumir las harinas tras molerlas o guardarlas en un tarro cerrado y en la heladera durante unos días, para tener siempre disponibles y frescas. También el sabor y aroma serán mucho más intensos al molerlas en casa.

En la piel de las almendras se concentran los polifenoles, compuestos bioactivos de gran capacidad antioxidante. Por tanto, se aconseja usarla sin pelar para hacer la harina. El color resultante es más oscuro que al hacerla con almendras peladas y también tiene mayor capacidad antioxidante.

Las almendras sin piel ya compradas se han sometido a un proceso industrial, el repelado. Por lo que esta harina es más blanca y presenta una pérdida nutricional mayor que la elaborada con almendras con piel.

Si tenés almendras con piel y querés retirarla, introducilas en agua hirviendo durante 1-2 minutos, escurrí y añadí agua fría, secá con ayuda de un paño y retirá la piel.

Tostar las almendras antes de molerlas es totalmente opcional, le dará un sabor más pronunciado. Si lo hacés, se aconseja utilizar pronto la harina, para evitar la disminución del sabor y aroma.

Debés tener en cuenta que no se puede sustituir la harina de trigo de una receta de pan por harina de almendras, porque son totalmente diferentes y no se comportan del mismo modo. Las recetas de panes con harina de almendras son distintas en ingredientes y proporciones de los panes con harinas con gluten.

La harina de almendras aporta un dulzor suave y agradable a los horneados, cuya duración se alarga, ya que retienen mejor la humedad. También es ideal para usarla en dietas bajas en carbohidratos, ya que tiene alrededor de 10 g de hidratos de carbono por 100 g de harina, una cantidad muy baja que la hace adecuada para dietas paleo o cetogénica.

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