Siete consejos para calmar las molestias y evitar infecciones
Quemarte la lengua por ingerir alimentos o líquidos demasiado calientes puede dañar las papilas y la mucosa lingual, causando dolor, afectando el sentido del gusto y dificultando la alimentación.
La mayoría de estas quemaduras no son graves y los tejidos se curan con rapidez. Las lesiones superficiales no requieren ningún tratamiento específico, solo las profundas o muy extensas necesitan atención médica.
No obstante, ya que las molestias incomodan las actividades cotidianas, podés aplicar algunas acciones para sobrellevar mejor el proceso de cicatrización.
1. Enfriá la zona
Tan pronto como ocurra el accidente, enjuagá tu boca con agua fría, lo que ayuda a reducir la temperatura de los tejidos dañados y alivia la sensación de ardor. Además, te permite limpiar la zona afectada y contener la inflamación inicial.
Seguí bebiendo líquidos fríos durante varios minutos para mantener la boca fresca. Con ello evitás que el calor ocasione más daño. Otra opción es chupar helados que puedan adormecer la zona por un momento y proporcionar alivio. Pero evitá los sabores cítricos, que podrían causar más ardor.
No es aconsejable colocar hielo o sustancias muy congeladas directamente sobre la mucosa, ya que podrían ocasionar irritaciones adicionales. Sin embargo, si solo contás con hielo, envolvelo en un paño o una gasa antes de apoyarlo dentro de la boca.
2. Tomá un vaso de leche
Consumir productos lácteos, como leche y yogur, puede aliviar la sensación de ardor. La textura suave y fresca de estas bebidas ayuda a reducir la inflamación y calmar la irritación en la boca. Hacelo de manera lenta y pausada, disminuirán las molestias con rapidez y acelerarás la recuperación de los tejidos.
3. Aplicá miel o aloe vera
La primera facilita la cicatrización de las heridas por sus propiedades antioxidantes, antibacterianas y antiinflamatorias. Aplicar una pequeña cantidad sobre la lengua puede reducir el dolor, acelerar la recuperación y prevenir infecciones. Por su parte, el gel de aloe vera es conocido por sus propiedades calmantes. Poner una pequeña cantidad en la lengua puede darle rapidez al proceso de curación.
4. Realizá buches con agua y sal
Los enjuagues bucales con agua salina pueden ser beneficiosos para mantener la boca limpia y acelerar la cicatrización. Esta solución tiene propiedades antibacterianas, así que también protegerá a tus tejidos de infecciones agregadas.
Mezclá una cucharadita de sal en un vaso de agua tibia y hacete buches tres o cuatro veces al día. No exageres con la cantidad de sal, ya que podrías irritar la lesión.
5. Higienizá tu boca
Continuá cepillándote los dientes y usando hilo dental de manera regular. Hacé con suavidad la limpieza de la lengua. Si mantenés tu higiene, ayudarás a prevenir la acumulación de residuos y bacterias y así evitar infecciones.
Podés complementar con enjuagues bucales, pero evitá los que contienen alcohol entre sus componentes, ya que irritarán la herida y empeorarán las molestias.
6. Evitá alimentos, bebidas y sustancias irritantes
Durante el proceso de curación, no consumas alimentos y bebidas calientes, condimentos picantes, frutas ácidas o bocadillos crujientes. Optá, en su lugar, por alimentos fríos, blandos y fáciles de digerir. Los yogures, los batidos, los purés, las sopas frías, las gelatinas y las compotas son apropiadas. Masticá despacio y con cuidado para no aumentar el roce sobre la lengua lesionada.
Es recomendable evitar el tabaco y el alcohol, ya que ambos pueden agravar la quemadura y dificultar la curación.
7. Consulta al médico o al odontólogo
Si las molestias aumentan, podés consultar a un profesional de la salud para que te recomiende el empleo de medicamentos según la gravedad de la lesión.