Un comentario de la vicepresidenta sobre el colonialismo francés desató la furia del primer mandatario. El presidente intentaba mediar para evitar una sanción a Enzo Fernández por cantos racistas en la Selección.

“¿Cómo no voy a estar furioso? ¡Estoy recontra caliente! Arruinó todo. Metió a la política en el medio, generó un problema diplomático y expuso al pibe”. Así, Javier Milei expresó su enojo tras el tuit de Victoria Villarruel, quien calificó a Francia como “país colonialista” y aseguró que Argentina no se dejaría “amedrentar por una canción de cancha”.

El comentario de la vicepresidenta no solo generó tensiones diplomáticas, sino que también complicó una gestión secreta del Gobierno para ayudar a Enzo Fernández, volante del Chelsea, a evitar una sanción por entonar un canto xenófobo durante un festejo.

En una entrevista con Alejandro Fantino en Neura, Milei no ocultó su descontento, criticando que el tuit de Villarruel haya mezclado deporte con política, creando un conflicto innecesario. “No se puede por una cuestión deportiva generar un quilombo institucional y diplomático”, afirmó el presidente, subrayando que el tema ya se había resuelto gracias a la intervención de su hermana, Karina Milei.

Sin embargo, el daño a la estrategia del Presidente ya estaba hecho. Según revelaron fuentes cercanas al presidente al periodista Ignacio Ortelli de Clarín, el plan original incluía gestiones para evitar una sanción a Enzo Fernández, utilizando la buena relación de Milei con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino. La gestión se complicó cuando Villarruel hizo su comentario, afectando la posibilidad de una solución discreta.

Antes de esta controversia, Milei había intentado contactar a Lionel Messi, capitán de la Selección, a través de un amigo en común, ofreciendo su apoyo para lo que el equipo necesitara. La relación con la Selección se había tensado después de que el subsecretario de Deportes, Julio Garro, sugiriera que el equipo debía disculparse por los cantos racistas, una recomendación que Milei desautorizó, resultando en la renuncia de Garro.

La publicación de Villarruel también expuso las diferencias dentro del gabinete de Milei. Fuentes del Gobierno señalaron que la canciller Diana Mondino no estaba al tanto de la gestión de Karina Milei en la embajada francesa, reflejando la falta de comunicación interna.

El tuit de Villarruel y sus repercusiones han dejado claro el impacto de las declaraciones impulsivas en la diplomacia y la política deportiva. Aunque Milei intentó minimizar el conflicto en público, la situación reveló tensiones subyacentes en su administración y la importancia de una comunicación coordinada en temas delicados.

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