Una madre en lucha: el camino hacia la recuperación y el reencuentro con sus hijosUna madre en lucha: el camino hacia la recuperación y el reencuentro con sus hijos

En Avellaneda, corazón del Conurbano bonaerense, María Alejandra Facia enfrenta una batalla diaria por recuperar a sus hijos. Tras haber atravesado problemas de conducta y salud mental, la justicia le impuso un tratamiento psicológico y psiquiátrico que ha cumplido rigurosamente. Se presenta religiosamente a cada citación en el Polo Judicial de Avellaneda, a cada curso y cita con profesionales que le han pedido. Sin embargo, hace un año que no ve a sus hijos y teme que la justicia o los servicios locales no le permitan volver a verlos.

Ella es de Villa Domínico, vive en El Salvador al 1200, María Alejandra ha demostrado una fuerza y determinación admirables. A pesar de los desafíos, se esfuerza cada día por mejorar su salud y bienestar. Vecinos y amigos cercanos, como su vecina Rocío, testifican sobre su progreso y su dedicación para ser una mejor persona y madre.

“La conozco hace tipo 5 años. Siempre para todos lados con sus hijos. El marido de ella es municipal y ella limpia casas, hace changas. Ella lo que tenía eran conflictos, pero después de lo que le pasó está bien, está tranquila. Hizo el tratamiento y cumple con todo lo que le mandan hacer. Siempre los cuidó, les dio lo mejor. Por eso se me hace raro que no se lo den, hay mucha gente que maltrata a sus hijos. Es muy feo lo que está pasando. Lo que tenía de malo era eso no más, que buscaba conflicto con su vecina. Ella es una buena mamá, extraña a sus hijos y creo yo que los chicos también sufren por ella,” comenta Rocío.

Es importante destacar que muchas veces los servicios locales quitan a los hijos a personas que no tienen un sustento económico estable. Sin embargo, María Alejandra, que realiza toda clase de changas, nunca dejó de trabajar. Además, su pareja es un conocido personal municipal que, según ella, “gana más de un millón,” por lo que no habría problemas económicos. “Con mucho sacrificio, ella cambió cosas de la casa que las personas del servicio local le recomendaron,” añade Rocío.

Ariel, un comerciante del barrio, también ofrece su testimonio: “Siempre fue responsable, educada y siempre traía cosas para arreglar los celulares o las tablets del colegio de los chicos. Iba y venía con sus hijos, siempre cariñosa con ellos, una gran mamá. De un día para el otro no la vi más con sus hijos y nos extrañó, hasta que entre lágrimas nos contó todo. Acá todos la queremos en el barrio, es buena persona. Todos pasamos por malos momentos, pero como padres pensamos por un segundo si no tuvieras a tus hijos, es una pesadilla.”

La historia de María Alejandra es un testimonio de lucha y superación. Reconoce que ha tenido momentos difíciles, pero su amor por sus hijos la impulsa a seguir adelante. “Sé que cometí errores, pero estoy trabajando duro para ser la madre que mis hijos merecen,” afirma con lágrimas en los ojos.

Es crucial que como sociedad mostremos empatía y apoyo hacia quienes enfrentan problemas de salud mental. La recuperación no es un camino fácil, y el apoyo de la comunidad puede marcar una gran diferencia. María Alejandra no solo lucha contra sus propios demonios internos, sino que también necesita la comprensión y el respaldo de todos nosotros.

Apelamos al sentimiento de padres y madres que entienden el amor incondicional por sus hijos. Esta madre merece una oportunidad para demostrar su capacidad de cambio y su deseo de reunirse con sus hijos. Su historia es un recordatorio de que, con apoyo y comprensión, es posible superar las adversidades más grandes.

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