La crisis se debe a demoras en obras de gasoductos, frío anticipado y problemas en la planificación energética. Algunos de los sectores afectados serán el textil, maderero, cerámico, de jugos y plásticos.

El Gobierno comenzó a solicitar a las empresas que avancen con los cortes de gas natural a la industria para evitar apagones o faltantes de energía eléctrica para el fin de semana. Esta situación se debe al frío polar que invadió los principales centros de consumo, sorprendiendo a las autoridades energéticas, que programaron mal el abastecimiento.

La “demanda prioritaria” (hogares y comercios), a la que no se le puede cortar el gas, está utilizando entre 75 y 80 millones de metros cúbicos (m3) diarios, cuando en mayo habitualmente usa 45 millones. El próximo lunes 27, incluso, la demanda prioritaria alcanzaría los 82,5 MMm3/d.

Según confirmaron diversas fuentes del sector, desde el jueves comenzaron los cortes a los contratos “firmes” (no interrumpibles) de la industria textil, maderera, cerámica, de jugos y plásticos, entre otras.

La falta de gas ya se había empezado a notar la semana pasada con los cortes a las estaciones de servicio de Gas Natural Comprimido (GNC) con contratos interrumpibles y a otros que pagan más barato el combustible pero no tienen asegurado su abastecimiento.

Este viernes al mediodía, distintos directores comerciales de las empresas distribuidoras y transportistas se reunieron para decidir a quiénes cortarles el suministro de gas.

Las industrias ya fueron llevadas al “mínimo técnico” necesario para operar. Mientras tanto, el Gobierno intenta evitar una interrupción en las exportaciones de gas, lo que implicaría una pérdida de confianza con los compradores, además de que sería “poco útil” según fuentes oficiales, ya que el gas no falta en Neuquén sino “aguas abajo” (en los tramos finales).

El miércoles por la tarde, el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) envió una nota interna a las compañías con instrucciones para el caso de que el sistema entre en “pre-emergencia”.

Si no se cortara el gas a estos usuarios ante un faltante de producto y una caída en la presión de los gasoductos, deberían comenzar los cortes de energía eléctrica (las centrales termoeléctricas usan gas como insumo). El Gobierno procura evitar a toda costa los cortes programados de electricidad.

La situación de emergencia se desató por una tormenta perfecta: bajas temperaturas inesperadas, un despacho imprudente de energía en los últimos meses para reducir costos y obtener un ahorro fiscal en subsidios, la crisis en Brasil por inundaciones que interrumpió eventuales importaciones eléctricas, y la demora en obras públicas.

El problema central fue la falta de dólares. Las plantas compresoras Tratayén y Salliqueló, y el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) de Vaca Muerta, debieron estar listas el año pasado, pero recién entrarían al sistema en junio.

La demora se debió a la escasez de divisas para pagar insumos mientras regía el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA). Cada una de esas plantas, construidas por Sacde y Esuco, agregarían 5 millones de m³ por día y evitarían el costo de importaciones de combustibles líquidos por más de 500 millones de dólares.

Mientras tanto, el Tesoro retrasó los pagos de los certificados de obra. A Sacde, la constructora de la familia de Damián y Marcelo Mindlin, le adeudan 30 millones de dólares. A Esuco, otros 15 millones de dólares.

Según técnicos que prefieren hablar en off the record, actualmente faltan alrededor de 6 millones de metros cúbicos (m³) diarios de gas en las zonas Sur y Centro del país. La planta de tratamiento de líquidos Cerri, operada por Transportadora de Gas del Sur (TGS), tuvo que reducir su consumo de 5 a 1.5 millones de m³ diarios.

Las autoridades energéticas esperaban que Argentina tuviera una oferta energética suficiente con el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), que ya agrega 11 millones de m³ diarios de capacidad de transporte de gas desde Neuquén, pero podría alcanzar 21 millones de m³ diarios.

Para evitar los cortes de gas y las costosas compras de gasoil y fuel oil para generación eléctrica, se podría haber contratado temporalmente un barco regasificador en Bahía Blanca, con un costo de menos de 100 millones de dólares. Los líquidos para generación eléctrica cuestan más de 22 dólares por millón de BTU, mientras que el gas de producción nacional cuesta 5 dólares y las importaciones de Gas Natural Licuado (GNL) alrededor de 10 dólares por millón de BTU.

Juan José Carbajales, director de la consultora Paspartú y ex subsecretario de Hidrocarburos, señaló que la Secretaría de Energía solo programó dos compras de gas licuado entre el 14 y el 23 de mayo, aunque al puerto de Escobar pueden llegar buques cada tres días. 

Además, el diario Río Negro informó que la Central Nuclear Embalse tuvo una “parada no programada” el martes 21 debido a una pérdida de agua pesada en el circuito primario.

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