En qué casos es mejor evitar la actividad física
Se puede hacer deporte estando resfriado, siempre y cuando la intensidad sea leve. Además, se considera que puede ayudar a sentirse mejor, permitiendo facilitar el proceso de congestión nasal. Sin embargo, hay ciertos casos en los que no es conveniente realizar ningún tipo de actividad física y, en su lugar, guardar reposo.
Quienes presentan síntomas que solo incluyen el goteo de la nariz, dolor de garganta leve, estornudo y congestión nasal, pueden practicar deportes con baja intensidad, como caminar o correr un poco. Todo esto mientras los síntomas sean superiores al cuello. Pero, si se presentan en otras áreas, tales como malestar estomacal, tos y congestión o dolor en el pecho, entonces no es recomendable.
Si se entrena con gripe, esto va a generar cambios en el patrón respiratorio y la actividad de los músculos, por lo que el rendimiento físico será más bajo y el proceso tendrá más dificultad para mejorar.
Cuando se tiene gripe, el cuerpo aumenta la temperatura para que se produzca la sudoración como respuesta para regular la temperatura corporal en los cuadros febriles. Por ello, si se practican actividades deportivas, la temperatura aumenta y esto hará que uno empeore, por lo que el proceso de recuperación será más largo.
Hay ciertos casos en los que realmente no es conveniente hacer ningún tipo de ejercicio, sobre todo si la enfermedad está en su fase más aguda, así como tampoco si se tiene alguna otra condición que sea contagiosa.
Si se siente dolor muscular en todo el cuerpo, fiebre y cansancio o fatiga, tampoco se aconseja hacer ninguna actividad, sino seguir las instrucciones del médico para que la recuperación sea más rápida.
La fiebre es un mecanismo de defensa, que cumple la función de atacar la infección, por lo tanto, si se entrena con fiebre, no te sentirás mejor ni disminuirá la infección. Cuando la fiebre, las náuseas, la congestión o dolor en el pecho, así como los dolores musculares no estén presentes, ya se pueden retomar sus entrenamientos.
Si se padece de un resfriado, se podrían hacer algunas actividades físicas moderadas. La buena alimentación, la hidratación y el reposo son muy importantes en esos momentos.
En este caso lo más recomendable son los ejercicios de intensidad leve o moderada, como caminar. Hay quienes recomiendan el yoga como la mejor práctica para liberar tensión y ayudar a expandir los músculos. Las posturas más recomendadas son aquellas en las que se expande la columna, como cobra, el camello, el arco o la esfinge, las cuales permiten que la respiración circule mejor.
La mejor guía siempre será el cuerpo. Si te sentís muy mal, lo mejor es tomar unos días para descansar y, a medida que empiece la mejora, ir retomando los entrenamientos. Ante cualquier duda consultar con un médico, ya que si se padece una enfermedad que no es un resfriado común, sino más riesgosa, se podría llegar a sufrir lesiones.