Aunque las estimaciones han sido revisadas a la baja por cuarto mes consecutivo, las expectativas a mediano plazo sugieren caídas menos pronunciadas.

Los analistas del mercado han ajustado a la baja sus pronósticos de inflación para este año por cuarto mes consecutivo, reflejando una desaceleración mayor a la esperada. Ahora estiman un aumento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del 161,3%, lo que supone una reducción de 28 puntos porcentuales (p.p.) respecto a sus estimaciones hace un mes. Este pronóstico, de concretarse, sería inferior en 50 puntos a la inflación anual del 211,4% registrada el año pasado.

El ajuste a la baja en las proyecciones se debe principalmente a la revisión que debieron hacer de la inflación estimada para abril (inicialmente proyectada en un 10,8%, ahora estiman que fue del 8,9% al 9%), y al recorte del pronóstico para mayo, ajustándolo de un 9% a un rango de 7,5% al 7,1% (TOP-10). Estos ajustes reflejan un reacomodamiento de las estimaciones a corto plazo, mientras que para las proyecciones de mediano plazo, el recálculo a la baja es menor.

Estos datos se derivan del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), una encuesta mensual realizada por el Banco Central (BCRA), que en esta ocasión recopiló opiniones de 39 participantes, incluyendo consultoras, centros de investigación locales e internacionales, y bancos locales. Este número representa la mayor cantidad de participantes en más de un año. En tanto, la cifra oficial del IPC de abril será publicado por el Indec en una semana.

Los analistas ven una desaceleración mayor a la esperada en la inflación, lo que los llevó a ajustar sus proyecciones a la baja para los próximos meses. Este ajuste se debe a un menor “arrastre estadístico” y a los anuncios del Gobierno sobre la postergación de algunos ajustes tarifarios previstos. Además, la recesión está impactando en la demanda de bienes y servicios.

El nuevo cálculo del IPC Núcleo para el año muestra una caída de 33,9 puntos, ubicándose en el 145,1% interanual. La proyección a 12 meses vista es del 88% anual, 32 puntos inferior a la previa.

Las proyecciones ahora consideran una menor devaluación del peso en comparación con las estimaciones anteriores. La tasa anualizada de ajuste del tipo de cambio oficial, que se imaginaba en un 124% para el año, ahora se estima en el 102,5%. Esto implicaría que el dólar oficial cerraría el 2024 en $1300 y cruzaría la barrera de los $1000 solo a partir de agosto, con un crawling peg que se aceleraría a partir de entonces.

Lo relevante es que los analistas empiezan a prever que, una vez pasada la etapa de realineamiento de precios, la inflación tendería a estabilizarse en un rango aún elevado de entre el 5 y 6% mensual, a partir de agosto.

“Esa señal ya se vio por los reacomodamiento que registraron las cotizaciones de los bonos en pesos ajustables por CER, en las últimas ruedas de negocios, en medio de una migración de posiciones asumidas en Letras a tasa fija hacia esos instrumentos que siguió hoy. El viernes las tasas implícitas de inflación promedio se encontraban en 6% y 5,1% para los meses de octubre y febrero respectivamente y luego de reacomodaron a 6,3% y 5,4% respectivamente”, había observado Delphos Investment.

La hoja de ruta inflacionaria delineada en el nuevo REM parece confirmar esta tendencia. Las nuevas estimaciones para los IPC proyectados muestran una compresión de un punto y medio para mayo y julio (de 9% a 7,5% y de 7,8% a 6,3%, respectivamente), pero solo una caída de 0,4% para septiembre (de 6,2% a 5,8%).

En términos de actividad económica, el mercado espera una caída entre 3,5% y 3,7% este año, principalmente debido a la retracción del 3,4% que habría registrado en el primer trimestre. Se espera que durante el resto del año, por el efecto cosecha y su comparación con la sequía del 2023, la contracción se detenga. Sin embargo, el fin de la recesión sería solo estadístico y sustentado en el empuje del agro, la minería y la actividad energética, sectores con baja incidencia en el mercado laboral y en el humor social.

Según el informe, “de acuerdo con los pronósticos recibidos, el nivel de actividad dejaría de contraerse a partir del segundo trimestre del año y comenzaría a recuperarse en el tercero, con una suba de 0,6 % trimestral”. Este rebote sentaría las bases para una recuperación del 3,4% durante el año siguiente.

En cuanto al desempleo, el relevamiento no detecta mayores variantes en las proyecciones (manteniendo la tasa de desocupación abierta en el 7% para el primer trimestre del año, que crecería hasta el 7,6% para el último trimestre).

En relación al comercio exterior de bienes, los participantes del REM estimaron para 2024 que las exportaciones (FOB) totalicen USD 78.966 millones y las importaciones (CIF) USD 62.897 millones, corrigiendo ambas a la baja en comparación con la encuesta anterior (-USD 1.876 millones y -USD 2.265 millones, respectivamente). Esto mantendría el saldo de la balanza comercial positivo en poco más de USD 16.000 millones.

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