Se quebró la racha mágica, el momento de gracia de los nueve goles en nueve partidos que arrancó la noche del hat-trick de Belgrano y terminó, de alguna manera, en el 2-1 que le hizo a River por los cuartos de final de la Copa de la Liga. Para Edinson Cavani fue una noche agria, gris, de poco vuelo.
Para colmo, le tocó errar el penal, el primero de la serie, que sin dudas condicionó lo que vino después. De hecho, cuando su tiro (un tanto débil, anunciado, para nada esquinado) que tapó Matías Mansilla, el Matador se quedó insultando (evidentemente a sí mismo) dando vueltas, revoleando las manos por pura frustración, porque sabía el enorme significado que tenía ese penal fallado.
El error de Cavani, por ser líder y referente futbolístico, marcó el pulso de la serie. Al menos para Boca. Porque cuando Chiquito tapó el primero (a Cetré, tomándose revancha del penal de los 90), atrás vino Merentiel y también falló (le dio demasiado fuerte y se le fue alto).Por supuesto que esto no fue culpa del Matador, pero si hubiera convertido quizá habría cambiado el ánimo de un equipo que venía golpeado desde la expulsión de Lema. En su primera definición por penales desde que está en Boca, el Matador quedó en deuda.
También para Edi fue una noche difícil por su rendimiento. Si bien hizo el trabajo sucio, trabajó para el equipo y se complementó bien con Merentiel, no fue decisivo en las acciones de peligro de Boca y estuvo lejos de generar peligro y en el roce con los centrales de Estudiantes no se lo vio cómodo y casi nunca ganó.
Tuvo una sola chance de gol, en ese tiro de la Bestia que pegó en el palo, el rebote le quedó al Matador, pero pateó con un rival encima y se lo taparon.
El Matador, el faro del proyecto
Así y todo, hizo un gran desgaste, algo en lo que Cavani nunca queda en deuda. Pero fue llamativa su poca influencia en un partido tan importante. De todas maneras, un flojo partido no puede tapar lo bueno que hizo en los últimos partidos, en los que apareció con toda su jerarquía y dejó claro que es un jugador en el que Boca se puede apoyar para proyectar el futuro. Queda, claro está, definir su continuidad luego del 31 de diciembre, cuando vece su contrato.