En qué casos puede ser indicio de una patología

La parestesia es una sensación anormal de origen benigno pero que en ocasiones puede ser un síntoma que ayuda a sospechar sobre una patología grave. Se presenta como un hormigueo o adormecimiento, con pinchazos e incluso un ardor o entumecimiento que se pueden experimentar en distintas partes del cuerpo, siendo más comunes en manos, brazos, pies y piernas y que generalmente ocurre sin una causa física visible.

Ciertas situaciones frecuentes que pueden causar hormigueo sin mayores consecuencias son dormir en una mala postura o permanecer sentados con las piernas cruzadas durante un largo período.

Algunos de los factores que ayudan a distinguir si no tiene importancia o puede estar relacionado con una patología son la intensidad, duración y la frecuencia con la que aparece. No es lo mismo una molestia pasajera que una sensación que se repite a lo largo del tiempo y que empieza a limitar la calidad de vida habitual.

Otro de los elementos que puede resultar determinante para decidirse a consultar al médico es que no sólo se trate solo de una sensación cutánea, sino que además se acompañe de una pérdida de fuerza.

Algunas de las patologías que pueden causar hormigueo son:

Neuropatías

Neuropatía diabética: es un daño a los nervios a causa de la diabetes.

Neuropatía periférica: daño a los nervios periféricos por diversas causas, como deficiencias vitamínicas, infecciones o exposición a toxinas.

Enfermedades del Sistema Nervioso Central

Esclerosis múltiple: enfermedad autoinmune que afecta al sistema nervioso central.

Accidente vascular cerebral (ictus): puede causar pérdida de sensación o movimientos anormales.

Compresión nerviosa

Síndrome del túnel carpiano: compresión del nervio mediano en la muñeca.

Hernia discal: compresión de raíces nerviosas en la columna vertebral.

Enfermedades autoinmunes

Lupus eritematoso sistémico.

Síndrome de Guillain-Barré.

Trastornos metabólicos

Hipotiroidismo: una función tiroidea baja puede causar entumecimiento y hormigueo.

Deficiencias nutricionales

Deficiencia de vitamina B12: puede provocar daño a los nervios.

Otras condiciones

Infecciones: como la enfermedad de Lyme, VIH/sida.

Exposición a toxinas: alcoholismo, exposición a metales pesados.

Causadas por algunos medicamentos: algunos quimioterápicos o medicamentos para el sida.

Factores a tener en cuenta para consultar:

Duración y persistencia

– Si las parestesias persisten durante un período prolongado sin una causa evidente.

– Si las sensaciones son constantes y no desaparecen.

Gravedad e intensidad

– Si las sensaciones son muy intensas o dolorosas.

Afectación funcional

– Si las parestesias interfieren con las actividades diarias o la capacidad de mover las extremidades afectadas.

Síntomas asociados

– Si se presentan otros signos como debilidad muscular, parálisis, pérdida de control del intestino o vejiga, confusión, problemas de visión o problemas de habla.

Historia clínica

– Si existen antecedentes familiares de enfermedades neurológicas.

– Si existen condiciones médicas preexistentes, como diabetes, que podrían aumentar el riesgo de neuropatía.

Localización y patrón

– Si son unilaterales (afectan sólo a un lado del cuerpo) o siguen un patrón específico que podría indicar compresión nerviosa.

Presencia de determinados factores de riesgo

– Si existe exposición reciente a toxinas, infecciones o medicamentos que pueden causar daño nervioso.

En función de estos factores de alarma puede ser necesaria una evaluación más exhaustiva del caso para un diagnóstico y tratamiento más específicos y concretos.

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