El Rojo no pudo con el Decano en Avellaneda. Antes, Newell’s le ganó 1-0 a Sarmiento en Junín y Gimnasia se impuso por 2-1 ante Deportivo Riestra en La Plata

Con la misión de adquirir los tres puntos para mantener vigente su objetivo de clasificar a los cuartos de final de la Copa de la Liga, Independiente recibió en el Libertadores de América a Atlético Tucumán, un rival que llegó a su compromiso con la única meta de sumar para engrosar su promedio.

A pesar de las diferencias en la jerarquía de los intérpretes, el Decano sorprendió al Rojo con un gran contragolpe que Mateo Bajamich capitalizó para celebrar el sorpresivo 1 a 0 y silenciar al estadio bonaerense. Los reclamos y silbidos se transformaron de inmediato en un pedido colectivo para que el conjunto de Carlos Tevez reaccionara con el tradicional “Movete Rojo, movete”, porque en Avellaneda estaba prohibida la derrota.

Los del Apache mostraron un cambio de actitud a través de la vía aérea. Los centros de Mauricio Isla para la cabeza de Gabriel Ávalos complicaron a la defensa del norte, que logró resistir y sostener la mínima ventaja durante la primera etapa gracias a la notable producción de José Devecchi.

El complemento se vivió a puro nervio. Independiente se lanzó con todo en busca de la igualdad y los de Facundo Sava no lograban liquidar el pleito con las punzantes contras que organizaban Mateo Coronel y Nicolás Servetto. En la más clara a favor del dueño de casa, Ignacio Maestro Puch se molestó con Alexis Canelo y el lamento local se transformó en una especie de resignación.

Sin embargo, en una de las últimas acciones, Ignacio Maestro Puch ganó en el área adversa y habilitó a Mauricio Isla, quien selló el 1 a 1 a pocos centímetros de la línea de cal. El grito del chileno revivió la esperanza del Rojo de continuar en su lucha por una de las cuatro plazas para los cuartos de final del torneo.

A pesar de la actitud y del liderazgo de Iván Marcone, la repartición de puntos no conformó. Es que Independiente quedó afuera de los puestos de clasificación y deberá ganar sus próximos dos compromisos para pelear por un lugar en la siguiente instancia. Será por ello que el público despidió a su equipo con fastidio y una silbatina generalizada que expuso el sabor amargo que dejó el espectáculo.

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86 − = 78