Y bueno… parece que en Avellaneda algunos emprendimientos no pasan por Instagram ni por el registro municipal de habilitaciones. En una casa del barrio, la policía se topó con una especie de laboratorio artesanal de “felicidad instantánea”, con bolsitas prolijamente fraccionadas y listas para el “delivery barrial”.

El operativo fue llevado adelante por la gente de la Comisaría Séptima, con apoyo de otras dependencias, y según el parte oficial el resultado fue una importante cantidad de envoltorios con “harina premium”, un par de celulares y los clásicos utensilios de cocina: cucharas, trincheta y nylon blanco para fraccionamiento. Todo muy “profesional”, salvo por un detalle: no había AFIP, ni monotributo, ni ticket fiscal.
La justicia caratuló el hecho como “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”, aunque en el barrio algunos decían que era una “PyME con problemas de distribución”.
Lo cierto es que el emprendimiento cerró sus puertas, los socios quedaron invitados a pasar la noche en dependencias policiales y la producción quedó secuestrada por orden judicial.
Pero más allá de la ironía, lo importante es que la basura de la droga ya no circula en el barrio.
Gracias al trabajo de la Comisaría 7ma de Avellaneda y las unidades de apoyo, los responsables —Kevin Rodrigo Pared y Yamila Soledad Benítez, domiciliados en Barcelo al 1700— quedaron detenidos a disposición de la Justicia.
Toda esta tarea, fue posible al trabajo coordinado entre justicia, policia y secretarìa de seguridad comunal y destacando la gran labor del Dr. Sebastian Gonzàles de la Fiscalìa Nro 4 del Polo Judicial de Avellaneda, quien lleva adelante una lucha inclaudicable con todos los delitos, pero en particular contra el tràfico de drogas.
Una buena noticia: dos menos en la calle, y un barrio un poco más limpio.