Operativo a todo trapo en Comodoro Rivadavia al 5100, Wilde. La policía de la Comisaría 5ª de Avellaneda madrugó al joven Gonzalo Nahuel Ordoñez, de 25 años, acusado de andar haciendo “entraderas” con ganzúa en mano y pinta de profesional.
El muchacho, que al parecer se creía parte de una banda de elite, fue sorprendido justo cuando llegaba en su motito roja, muy tranquilo, sin imaginar que el GTO ya lo tenía más fichado que jugador de truco en bar de barrio.

Durante el allanamiento le encontraron de todo:
– Cuatro celulares, porque uno solo no alcanza.
– Dos inhibidores tipo HT, dignos de una película de espías.
– Una cadena de oro, robada y ya reconocida por la víctima.
– Un chaleco del Ejército Argentino, que nadie sabe cómo consiguió (ni para qué).
El operativo fue supervisado por la UFI N°4 de Avellaneda, que avaló todo lo actuado y ordenó que el detenido sea presentado ante la justicia.
Mientras tanto, el otro sospechoso, Uriel Giménez, sigue libre… pero con el GTO pisándole los talones.
En resumen: otra historia de película que termina como casi todas —sin glamour, sin éxito, y con final en la comisaría.
