Parece que en Isla Maciel la economía no da respiro… ni siquiera para los que hacen “emprendedurismo químico”.
El fin de semana, personal del Destacamento Operativo Dock Sud se movió con todo y efectivizó dos allanamientos por venta de estupefacientes, bajo la Ley 23.737.

Los operativos fueron sobre Calle Frías, entre Montaña y Argentino Valle, donde el frente de chapa y madera no alcanzó para disimular lo que pasaba adentro. Según el parte oficial, el “negocio familiar” venía bien surtido: 106 envoltorios de cocaína, una balanza de precisión, recortes y un celular que seguro no paraba de sonar.

En el primer domicilio, los uniformados cazaron al principal sospechoso, un hombre de 37 años, que quedó aprehendido por tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, mientras su acompañante, una mujer de 31, fue identificada en el lugar.

Pero la vuelta de la manzana trajo sorpresa. En el segundo objetivo —también sobre Frías, esquina Argentino Valle— se toparon con otro muchacho del mismo clan, que además de estar “en la movida”, tenía pedido de captura vigente por hurto automotor desde 2015. Diez años esquivando el radar, pero el GPS del karma siempre llega a destino.

De paso, le encontraron dos envoltorios con marihuana, que para la Justicia fue el broche del combo.

El operativo fue supervisado por el secretario Roberto Trlik, jefe del destacamento Dock Sud, con intervención del Dr. Sebastián González de la UFI N°4 de Avellaneda, que avaló las actuaciones y ordenó las notificaciones de rigor.

Así que, entre cocaína, marihuana, balanza y un celular que seguramente tenía más clientes que un delivery, el saldo fue claro:
dos allanamientos, dos aprehendidos y un negocio menos en Isla Maciel.

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