Fue candidata a concejal e intendenta por el Polo Obrero y el Frente de Izquierda. Su coherencia, humildad y honestidad marcaron a toda una generación de militantes.

Avellaneda amaneció con una noticia dolorosa: el fallecimiento de Graciela Francisconi, histórica militante de izquierda, candidata en varias oportunidades por el Polo Obrero y el Frente de Izquierda Unidad.

Graciela fue una dirigente distinta. Honesta, coherente y humilde, siempre se mantuvo firme en sus convicciones. Militó desde muy joven, recorrió los barrios, caminó junto a los vecinos y defendió causas obreras sin recursos, sin aparato y sin especulación política.

Una vida de lucha

A pesar de enfrentar problemas de salud respiratorios que la obligaban a cargar con un tubo de oxígeno, Graciela nunca dejó de militar. Subía escaleras, caminaba cuadras enteras y se presentaba en cada reunión vecinal con la misma fuerza de siempre.

Trabajaba en un restaurante de Piñeiro y muchas veces debía pedir permiso a sus jefes para poder dar entrevistas como candidata. Esa imagen resume su compromiso: lejos de privilegios, cerca del pueblo.

Militancia de barrio y compromiso social

En su paso como candidata a concejal e intendenta, Graciela denunció la precarización laboral de los trabajadores municipales, la falta de soluciones habitacionales reales y la inseguridad en los barrios. Siempre planteó una alternativa de los trabajadores, con listas integradas por obreros, docentes y vecinos comunes de Avellaneda.

Su militancia se sostenía en una consigna simple pero poderosa: ser la voz de quienes no tienen voz.

El homenaje en La Voz del Vecino

El periodista y amigo Marcelo Brunwald, conductor del programa radial La Voz del Vecino, despidió a Francisconi con un emotivo recuerdo. En su homenaje, Brunwald recordó la última entrevista que compartieron, en la cual Graciela le pidió difundir la situación de los trabajadores de la fábrica Morvillo, tomada hace meses.

“Ese fue su último mensaje: pensar en los demás, preocuparse por los trabajadores. Así era Graciela, hasta el final”, expresó Brunwald.

El adiós

Graciela Francisconi es despedida hoy en Cepelios Irigoyen, Piñeiro, donde familiares, amigos y compañeros de militancia le rinden homenaje.

“Militante de fierro”, “ejemplo de coherencia” y “honestidad sin dobleces” son algunas de las frases que se repiten entre quienes la conocieron.

Desde este medio la recordamos como lo que fue: una luchadora incansable que, como decía la frase grabada en la Plaza Alsina, entendió siempre que “es la hora de hacer el bien”.

Descansa en paz, Graciela. Tu legado seguirá vivo en cada barrio de Avellaneda.

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