Todo lo que hay que saber sobre esta condición

La alergia al huevo es una respuesta anormal del sistema inmunológico a las proteínas presentes en ese alimento. Esta reacción puede causar diversos síntomas, desde leves a graves, que pueden comprometer la salud. Afecta principalmente a niños, aunque también puede desarrollarse en adultos.

Los síntomas pueden variar en cada persona y son los siguientes:

– Picazón en la boca y alrededor de los labios.

– Erupciones cutáneas.

– Hinchazón en los labios, lengua, cara o garganta.

– Dificultad para respirar.

– Náuseas o vómitos.

– Diarrea.

– Dolor abdominal.

– Anafilaxia (una reacción alérgica grave que puede ser potencialmente mortal).

Si se sospecha que alguien la padece, es fundamental consultar a un médico especialista en alergias. El diagnóstico generalmente se hace a través de pruebas cutáneas y análisis de sangre, que ayudarán a determinar si tiene esta alergia y qué tan grave es.

Si se confirmó el diagnóstico, es importante llevar a cabo un tratamiento adecuado para evitar complicaciones. Además de las medidas que se detallan a continuación.

Evitar su consumo

La forma más efectiva es evitar por completo su ingesta. Esto implica leer detenidamente las etiquetas de los alimentos para identificar posibles ingredientes derivados del huevo, e informar a restaurantes y cocineros sobre la alergia para evitar la contaminación cruzada.

Uso de medicamentos

En caso de presentar síntomas leves a moderados, el médico puede recetar antihistamínicos o corticosteroides para controlar la reacción. Sin embargo, en casos de anafilaxia, se requerirá una inyección de epinefrina (adrenalina) para detener la respuesta alérgica aguda.

Plan de emergencia

Es fundamental que los pacientes cuenten con un plan de emergencia detallado que indique cómo reconocer los síntomas de una reacción alérgica grave y cómo actuar rápidamente. Esto incluye llevar consigo un autoinyector de epinefrina en todo momento y saber cómo usarlo en caso de necesidad.

Alternativas en la dieta

Buscar otras opciones nutricionales que proporcionen los mismos nutrientes, pero sin el riesgo de desencadenar una reacción. Algunas opciones a considerar incluyen:

Sustitutos del huevo: existen en el mercado varios productos que actúan como sustitutos en la cocina, como la linaza molida, el agar-agar, el tofu o las mezclas comerciales sin huevo. Estos ingredientes pueden usarse en recetas de repostería, panadería, tortillas y otros platos.

Alimentos ricos en proteínas: para compensar la falta de proteínas provenientes del huevo, se recomienda incluir alternativas ricos en proteínas, como carne, pescado, legumbres, frutos secos, semillas y productos lácteos (si no existe alergia a la leche).

Suplementos vitamínicos: en algunos casos, puede ser necesario recurrir a ellos para asegurar un adecuado aporte de nutrientes como la vitamina B12, el hierro y el ácido fólico.

Comunicar la alergia

Informar a familiares, amigos, maestros, médicos y otros profesionales para evitar situaciones de riesgo y garantizar un entorno seguro para el paciente.

Leer las etiquetas de los alimentos

Es importante revisarlas detenidamente para identificar posibles trazas de huevo en los ingredientes y asegurarse de que sea seguro para su consumo.

Consultar a un dietista

Un dietista puede ayudar a diseñar un plan alimenticio balanceado que garantice la ingesta adecuada de nutrientes y evite posibles deficiencias nutricionales debido a la exclusión del huevo.

Mantener la calma en situaciones de emergencia

En caso de presentarse una reacción, mantener la calma, seguir el plan de emergencia establecido y buscar ayuda médica de forma inmediata para recibir el tratamiento adecuado.

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