La misa por el patrono del trabajo reunió a vecinos, dirigentes sindicales, empresarios y referentes sociales en la parroquia San Cayetano de Monte Chingolo. Marcelo Brunwald, conductor del programa La Voz del Vecino, destacó el valor del encuentro, la reconciliación y el testimonio colectivo que se vivió en una noche cargada de sentido. Federico Cuomo, coordinador de la comisión de empresarios convocada por la Vicaría Social, remarcó el compromiso silencioso de quienes sostienen el tejido comunitario.


La noche del 6 de agosto, víspera de San Cayetano, se vivió en Monte Chingolo una vigilia que fue mucho más que una celebración religiosa. En la parroquia San Cayetano, ubicada en la calle Bouchard al 5800, trabajadores, empresarios, referentes sindicales y sociales se dieron cita para compartir una misa, una procesión simbólica y un acto que dejó gestos de unidad, perdón y esperanza.

“Yo fui directamente a buscar a algunos con los que había tenido diferencias. Eso me lo enseñó el padre Maxi: reconciliarse en público también es dar testimonio”, relató Marcelo Brunwald, conductor del programa La Voz del Vecino, quien concurrió a la misa y peregrinó junto a todos los sectores convocados y vecinos. “En el momento de la paz, la gente caminaba para abrazarse. Fue muy sincero. No era para la foto. Era de verdad.”


El espíritu de Francisco y la sinodalidad en acción

La iniciativa fue impulsada por el obispo Maxi Margni, quien desde hace meses promueve mesas de diálogo entre sectores diversos: sindicatos, cooperativas, universidades, cámaras empresarias y actores políticos. “Dios nos puso un obispo que está haciendo lo que nos pidió Francisco: sinodalidad en su máxima expresión”, dijo Federico Cuomo, empresario local y coordinador de la comisión de empresarios convocada por la Vicaría Social. “Él nos dice: ‘Encendamos el diálogo. Vayamos como cristianos, primero a pedir perdón, a tomar un café’.”

El documento leído durante la misa fue firmado por la CGT, las 62 Organizaciones, la CTA, la CTA Autónoma y las cuatro entidades empresarias de Avellaneda y Lanús. “Me parece un avance increíble. Que todos hayamos logrado estos entendimientos con apenas un par de meses de diálogo habla de que hay voluntad”, agregó Cuomo.


Trabajo, tecnología y el desafío de pensar juntos

Uno de los ejes del documento fue el impacto de la transformación tecnológica en el mundo laboral. “La tecnología va quitando trabajos y hay que pensar todos juntos cómo convertir esas transformaciones en oportunidades. Como dice la Biblia, que cada uno pueda ganarse el pan con el sudor de su frente”, reflexionó Cuomo.

“Yo le pido a San Cayetano poder seguir con mi labor, que es generar puestos de trabajo. Y le pido sabiduría para entender los cambios tecnológicos. No son fáciles. Son muy veloces. Pero el Papa Francisco dice que los empresarios tienen el don de generar riqueza y trabajo. Y eso en Argentina hace tiempo que se perdió.”


Los santos de la puerta de al lado

Durante la entrevista, Cuomo también destacó el trabajo silencioso de empresarios que colaboran sin buscar reconocimiento. “Como decía Francisco, los santos de la puerta del lado. Tipos que en silencio mandan camiones con ropa, libros, muebles. Que organizan, clasifican, descargan. Que ayudan a comedores, que sostienen el Día del Niño. Y no salen en ningún lado.”

“Hay que romper con esa imagen del empresario fumando con millones debajo del brazo. La mayoría está al pie del cañón, sin dormir, viendo cómo pagar sueldos. Son parte del tejido social. Y muchas veces no se ve, no se dice, pero está.”


El encuentro como regalo

La misa también dejó momentos personales imborrables. “Me encontré con mi maestra de sexto grado, Viviana. No lo podía creer. Me dijo: ‘¿Vos sos Brunwald, el de los mellizos?’ Fue un regalo de San Cayetano. Y también lo fue abrazarme con gente con la que estaba distanciado. Uno se fue a casa con el corazón lleno”, compartió Marcelo Brunwald.

Cuomo cerró con una frase que resume el espíritu de la noche: “Siempre vamos a estar mejor si estamos juntos.” Y compartió un proverbio chino que lo acompaña: “El primer paso es la mitad del camino.”


La vigilia por San Cayetano en Monte Chingolo fue testimonio de que, incluso en tiempos difíciles, hay gestos que construyen. Que el trabajo, la fe y el diálogo pueden ser caminos para reconstruir lo que la fragmentación ha debilitado. Y que el encuentro, cuando es sincero, puede ser el primer paso hacia algo más grande.

Agradecimientos: Diocesis Avellanda Lanùs, Tupac Gomez CTA Avellaneda, Sr. Sergio Muñoz Vicaria Social

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