En el marco del lanzamiento oficial de su nuevo espacio político en la ciudad de Avellaneda, María Eugenia Talerico encabezó un encuentro con más de 50 dirigentes y referentes de distintos sectores, en un café céntrico de la ciudad. La dirigente presentó su propuesta de alternativa política para la provincia de Buenos Aires, acompañada por Edgardo Gallardo, Marina Benítez y Alex Quiroga, entre otros referentes que manifestaron su respaldo a su candidatura.
En entrevista con La Voz del Vecino —programa conducido por Marcelo Brunwald que se emite de martes a viernes de 10 a 12 por www.impactosur.com.ar— Talerico fue contundente:
“Axel es un inútil. Es el responsable de la condena económica más grande de la historia con lo de YPF. La provincia está tomada por corruptos. La Argentina no para de caer y la decadencia es total. Necesitamos regenerarnos”.
Con tono directo, planteó: “No hago política solo en redes o televisión. Camino los barrios, hablo con los vecinos. No puede ser que la gente viva sin cloacas en pleno conurbano. A los pibes los narcos los tomaron como soldaditos y el Estado sigue ausente”.
Consultada sobre su rol en la dirigencia, expresó: “Yo no salí a construir desde el marketing. Salí cuando vi que dentro del espacio que integraba se armaban listas con reciclados del peronismo bajo el paraguas de la Libertad Avanza. Eso no es renovación, es oportunismo”.
Apuntó además contra la clase política que, según dijo, “solo busca perpetuarse”: “Quiero concejales que no se vendan con los intendentes. Quiero concejales en red, comprometidos con los vecinos. No más privilegios eternos, no más espectáculos en el Congreso. Fui denunciante del caso Chocolate Rigau, y no me voy a callar”.
Talerico cerró con un llamado directo a la ciudadanía: “La gente está cansada. Sé que cuesta volver a creer, pero no hay que resignarse. Este país puede volver a ser un buen lugar para criar hijos, si regeneramos en serio nuestra dirigencia”.
El evento marcó el primer paso visible de una construcción que busca disputar poder en la provincia desde una lógica diferente: con decencia como bandera, territorialidad como método, y un mensaje claro de hartazgo frente a la política tradicional.