En el programa La Voz del Vecino, conducido por Marcelo Brunwald, se escuchó el testimonio crudo de María, una comerciante de 63 años a quien le vaciaron su local de ropa ubicado en calle Salta 51, en Sarandí, justo a metros del Polo Judicial de Avellaneda, en una zona que, pese a su relevancia institucional, no cuenta con cámaras, domos de vigilancia ni presencia policial sostenida.
“Entraron por el techo, rompieron todo, se llevaron camperas, sábanas, ropa de cama, toallas… me destrozaron el negocio”, relató entre lágrimas. El valor de lo robado ronda los 5 millones de pesos, toda una vida de esfuerzo invertida en ese emprendimiento. “No es mercadería que pueda recuperar. Era mi capital. Todo lo que tenía”, dijo con la voz quebrada.
Con profundo dolor, María agregó: “Le pedí una entrevista al secretario de Seguridad del municipio, Alejo Chornobroff, cuatro veces. Nunca me respondió. Solo pido que alguien se acerque, que me claven unas chapas, que me ayuden con una cerradura. Ya no tengo cómo protegerme”.
A cargo de sus nietos, jubilada y con problemas de salud, sigue vendiendo ropa para sobrevivir. “Ya me robaron tres veces. Esto no da para más. Me quedé sin nada. Solo quiero seguir trabajando con dignidad. Pero necesito ayuda.”
El mercado donde está su local forma parte de la historia barrial de Sarandí: pescadería, panadería, verdulería, otros locales pequeños. Un centro comercial popular que hoy lucha por no desaparecer.
Desde el programa, se volvió a convocar a la solidaridad vecinal y a la responsabilidad municipal: “Una chapa, una mano, una respuesta. No es mucho. Pero puede cambiarlo todo para quien está sola y vulnerable”.