La ofensiva de Irán dejó tres muertos y 50 heridos en Israel. En respuesta, Netanyahu ordenó bombardeos en Teherán, donde murieron al menos 60 personas. El ejército israelí aseguró haber eliminado a nueve científicos del programa nuclear persa.

La guerra entre Irán e Israel escaló como nunca antes: más de 200 misiles y 200 drones fueron lanzados desde Teherán hacia territorio israelí, dejando un saldo de tres muertos y al menos 50 heridos, según confirmaron las autoridades sanitarias israelíes.

Los proyectiles impactaron en zonas urbanas de Tel Aviv, Ramat Gan y Rishon Lezion. Entre las víctimas fatales se encuentra un hombre de 73 años, una mujer de 60 y otro hombre de 45 que murió pese a los intentos de reanimación.

La respuesta de Israel fue inmediata y contundente: el ejército lanzó una serie de ataques aéreos contra objetivos estratégicos en Teherán, incluyendo instalaciones de defensa aérea y centros vinculados al desarrollo nuclear.

Según informaron las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), los bombardeos alcanzaron más de 400 objetivos, incluyendo la planta de uranio de Natanz, el complejo subterráneo de Fordow y una instalación de Isfahán. Además, confirmaron la eliminación de nueve científicos del programa atómico iraní, cuyos nombres fueron difundidos por la agencia oficial Tasnim.

Uno de los episodios más devastadores ocurrió en un edificio residencial de 14 pisos en Teherán, donde vivían empleados del Ministerio de Defensa. Allí murieron al menos 60 personas, entre ellos 20 niños, según la televisora estatal iraní Press TV. Las autoridades locales aún no confirmaron oficialmente el número de víctimas.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, fue tajante: “Si Jameneí continúa disparando misiles contra el frente interno israelí, Teherán arderá”. Su mensaje estuvo dirigido directamente al líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jameneí, a quien acusó de convertir a los civiles iraníes en rehenes del régimen.

Desde el Vaticano, el papa León XIV hizo un llamado a la paz y pidió “responsabilidad y razón” a ambas partes. “Nadie debería jamás amenazar la existencia del otro”, sostuvo en su mensaje desde la basílica de San Pedro.

Mientras tanto, la posibilidad de una nueva negociación diplomática en Omán parece desvanecerse. Fuentes cercanas al gobierno de Donald Trump indicaron que este sábado se cumple el plazo de 62 días que le impuso a Irán para aceptar una salida pacífica. De no concretarse el encuentro, el presidente republicano podría habilitar el uso del arsenal más poderoso del Pentágono para destruir las instalaciones subterráneas del programa nuclear persa.

El conflicto entra así en una fase crítica, con consecuencias impredecibles para Medio Oriente y el equilibrio global.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

+ 67 = 68