CRISIS EN LA FERIA LA SALADA: TESTIMONIOS DE LOS TRABAJADORES QUE LUCHAN POR SU SUSTENTOCRISIS EN LA FERIA LA SALADA: TESTIMONIOS DE LOS TRABAJADORES QUE LUCHAN POR SU SUSTENTO
  • junio 4, 2025

4 de junio de 2025 – La incertidumbre y el desamparo marcan el presente de cientos de trabajadores que dependían de la Feria La Salada para subsistir. Entre ellos, Lorena, una vendedora que dedicaba su vida a la feria, relató en exclusiva su difícil situación tras el cierre del mercado que, por años, fue refugio económico para miles.

«Yo llegué a la feria hace seis meses por intermedio de un familiar. No soy puestera, no tengo taller, solo soy vendedora. Trabajo desde las cinco de la mañana, armando la mercadería y esperando a los compradores,» cuenta Lorena, quien con esfuerzo lograba cubrir sus necesidades básicas.

Desde el cierre de La Salada, los trabajadores deben buscar alternativas para seguir adelante. «Antes pagaba un pantalón 8.000 pesos, ahora en Flores cuesta 14.000. No sé si podré seguir vendiendo,» comenta una comerciante que depende de la feria para su sustento. Esta problemática no solo afecta a vendedores, sino también a los compradores que encontraban en La Salada una opción accesible en medio de la crisis económica.

“Solo voy a decir algo, Marcelo: mis compañeros, los muchachos, los carreros, ellos también están mal. Tienen los carros adentro y ni siquiera los dejan sacarlos para ir a juntar cartón. ¿Por qué les quitan la libertad de trabajar?” denuncia Lorena, resaltando que el problema no solo afecta a vendedores, sino a toda una red de trabajadores informales que dependen de la feria.

El debate sobre la regularización de los mercados informales y la protección de los trabajadores sigue latente. Lorena, al igual que muchos de sus compañeros, reclama una respuesta de la justicia. «Queremos volver a trabajar, aunque sea bajo un sistema más organizado. No pedimos enriquecernos, pedimos un puesto laboral. Yo me levanto a las cuatro de la mañana haga frío o calor, y si no trabajo, no tengo cómo pagar mi alquiler.»

Además del impacto económico, la edad y la dificultad para acceder a un empleo formal profundizan la crisis. «Mucha gente me dice que busque trabajo en Flores, pero ahí no toman a gente de mi edad. En los carteles piden entre 18 y 25 años. Es frustrante, porque tengo experiencia y sé vender.»

A pesar de los desafíos, Lorena sigue buscando una oportunidad laboral y está dispuesta a trabajar en un local de ropa en zona sur«Yo quiero vivir de mi trabajo. No pido un plan, no pido ayuda económica, solo quiero un empleo donde pueda demostrar mi capacidad,» afirma. Para quienes puedan ofrecerle una oportunidad en un comercio de indumentaria en zona sur, pueden comunicarse al +54 1154785670.

Los trabajadores exigen una intervención clara para que el mercado pueda abrir nuevamente con medidas de seguridad y condiciones justas para todos. Mientras tanto, Lorena y cientos de vendedores siguen en la incertidumbre, esperando una oportunidad para recuperar su fuente de ingreso.

Desde Impacto Sur, seguiremos informando sobre esta situación y las posibles soluciones que se planteen en los próximos días.

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