El grupo que administra la popular aplicación de citas acusa al buscador global de abusar de las comisiones y monopolizar el mercado de la distribución para Android.
La tienda de aplicaciones y sus políticas de pago, una vez más, generan problemas a Google. En esta ocasión, Match Group, la compañía encargada de Tinder, demandó a la empresa, debido a que “monopolizó ilegalmente el mercado de distribución de apps” en Android por obligar a los desarrolladores a usar su sistema de facturación y cobrar una comisión excesiva.
Esta demanda se suma a la generada recientemente por Epic Games, la empresa creadora de Fortnite y otros juegos, contra Apple y Google por motivos similares.
“Hace 10 años, Match Group era socio de Google. Ahora somos su rehén”, dice el texto de la demanda de 91 páginas, que la firma ha subido a internet con la explicación de sus argumentos en la dirección endthegoogletax.com, acaba con el impuesto de Google, en inglés, que ha servido de canal de reclamo para otras compañías, con la misma problemática.
Es que al parecer, el buscador global, atrajo a los desarrolladores de aplicaciones a su plataforma con la garantía de que podrían ofrecer a los usuarios la posibilidad de elegir cómo pagar por los servicios que desean, pero según acusa Tinder “una vez que monopolizó el mercado de la distribución de aplicaciones para Android con Google Play, aprovechando los servicios de los desarrolladores de aplicaciones más populares, trató de prohibir los servicios alternativos de procesamiento de pagos dentro de las aplicaciones para poder llevarse una parte de casi todas las transacciones en Android”.
Por su parte, la empresa que administra el buscador mundial, respondió de forma inmediata aduciendo que “Como todos los negocios, cobramos por nuestros servicios”, a través de su director de comunicación, Peter Schottenfels, la firma aclara que: “Esto no es más que una continuación de la campaña interesada de Match Group para evitar pagar el importante valor que reciben de las plataformas móviles sobre las que han construido su negocio”.
Esta demanda es el último capítulo de una larga batalla, en su mayor parte soterrada, entre los desarrolladores de aplicaciones y las grandes plataformas, Google y Apple, que a través de sus sistemas operativos para móviles controlan ese mercado.
Exigiendo así que, los desarrolladores y las empresas que quieren incluir sus aplicaciones en esas plataformas deben aceptar las condiciones de esos gigantes tecnológicos, casi sin más opción.
Pero esta vez ha estallado el escándalo cuando Google y Apple impusieron una comisión no ya por la descarga y venta de aplicaciones, sino por las ventas posteriores, realizadas a través de la propia aplicación.
En Francia, la prestigiosa universidad Sciences Po prohibió a sus alumnos usar el robot conversacional ChatGPT, una inteligencia artificial capaz de responder a preguntas y redactar ensayos académicos.