Las Historias del Conurbano son pequeños relatos en donde se intenta retratar de una manera cruda y hostil la vida de aquellas personas que no tienen voz. Lxs marginadxs. A lxs que la sociedad prefiere ocultar. No ver. No darle entidad.
Por David Hernán Bogado
[Foto: Fernando Luis Di Francesco]
Lo del Cholo
La carnicería del Cholo era una mugre. Siempre estaba llena de moscas que revoloteaban sobre la carne y los chorizos colgados. Las heladeras sucias con sangre seca de andá saber cuánto tiempo. Y hasta nos habíamos acostumbrado a ver cucarachas caminar por el mostrador.
El Cholo tampoco era la pulcritud en persona. Iba bastante a tono con su carnicería. No era de hablar mucho con los vecinos y, por los pocos meses que estuvo en el barrio, lo único que supimos de él es que era correntino.
Lo del Cholo siempre estaba lleno. Al principio se armaba una fila larga que daba la vuelta a la manzana y terminaba en el kiosquito de La Mary. Después El Cholo empezó a dar números, de esos que venden para rifas, que funcionaban como turnos. Con suerte y levantándote bien temprano, ligabas un número de los cien que repartía por día.
El secreto de Lo del Cholo eran sus precios. Nadie podía competir ni acercarse a los números que manejaba. El único que lo intentó fue El Beto, el carnicero del supermercado del chino, pero de tanto rebajar los precios y la calidad de la carne terminó cerrando y ahora anda remiseando.
Los primeros tres meses la carne de Lo del Cholo era una manteca. Y cada tanto traía unas morcillas vascas que eran para chuparse los dedos. El problema empezó al cuarto mes, cuando a El Iván, el hijo de la Yoly, quedó internado en el Fiorito por un fuerte dolor de panza, que después nos enteramos fue una intoxicación que casi lo mata. Pero como El Iván era un fisurita, nadie pensó que la carne tenía algo que ver con su internación. Sin embargo, a la semana siguiente, todos los pibes de la esquina que se habían juntado a comer un asado para festejar el cumpleaños del Pocho, terminaron igual. Todos en el Fiorito, de urgencia. Y fue ahí cuando se empezó a correr la bola y a escuchar las primeras quejas “que la carne tenía un gusto raro”, “que últimamente las morcillas ya no eran lo que eran…”
De un día para otro Lo del Cholo no volvió a subir las persianas. Nadie supo más nada de él. Algunos vecinos lamentaron el cierre, porque sabían que los precios del Cholo no se iban a encontrar más. Pero cuando ayer nos enteramos, por una nota del diario vecinal, que un correntino había sido linchado por unos pibes de la villa por vender carne con lavandina y que su cuerpo había aparecido flotando en el Riachuelo, a todos se nos revolvió el estómago.
La Municipalidad de Berazategui, a través de la Secretaría de Cultura y Educación, invita a artistas visuales o literarios a participar de la Convocatoria “Abrir la Puerta 2021” de la editorial municipal EdiBer. Será la 6° edición del concurso, que en esta ocasión se desarrollará bajo el título “Quiero Relatos” (QR) y tendrá como objetivo la creación de un producto digital colectivo. La inscripción, que es libre y gratuita, permanecerá abierta hasta el domingo 18 de julio inclusive.