El dictador venezolano se refirió a su decisión de no participar en la cumbre de estados latinoamericanos y apoyó la idea de una moneda en común entre Argentina y Brasil.
La VII cumbre de la CELAC transcurrió este martes con notorias ausencias. Entre ellas, la de Nicolás Maduro, quien aseguró no haber podido viajar a la Argentina porque lo querían “emboscar”.
A través de un video que grabó y se pasó al final de la primera sesión, el dictador venezolano dio sus motivos y manifestó su intención de haber querido participar del encuentro de Estados latinoamericanos.
“Hubiera querido estar físicamente, como siempre hemos estado y vamos a estar. Pero ante las conspiraciones permanentes, la amenaza permanente, las emboscadas que se calculan, tomé la decisión creo más correcta y justa de no caer en las provocaciones que buscaban manchar este momento tan especial para América latina y el Caribe”, aseguró el líder del régimen chavista.
Maduro
En lo que respecta a la cumbre en sí, pidió “respetar las características específicas de los modelos económicos, políticos y sociales de cada país” y que haya “una unión verdadera en la diversidad política, ideológica y cultural”.
Además, apoyó la idea de Argentina y Brasil de crear una moneda única para utilizar en operaciones comerciales. “Compartimos la propuesta que hizo Lula de iniciar la construcción de un sistema monetario latinoamericano y caribeño”, sostuvo.
Por otro lado, habló de dar “un primer paso fundacional para andar hacia un camino que tiene que ser irreversible para la región” que es “el camino de la integración completa, económica, financiera y monetaria”. En la misma línea, se refirió a la necesidad de tener una “unión verdadera en la diversidad política, ideológica y cultural”.
La presunta llegada de Maduro al país, en una primera instancia, no sólo despertó el repudio de algunos espacios políticos de la Argentina sino que también encendió las alarmas internacionales ante una posible detención.
Desde Juntos por el Cambio hicieron una presentación judicial para que se lo detuviera una vez que pisara suelo argentino. Por su parte, EE.UU mantiene la recompensa de 15 millones de dólares por cualquier tipo de dato que pueda conducir a su aprehensión.